CAPÍTULO 27 PEDRO CARVAJAL Parte 1

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Simón miraba sin ver, el paisaje que siempre le había parecido maravilloso ahora parecía no tener efecto en él, sus pensamientos se hallaban tal lejos de ahí. Se preguntaba ¿Cómo estaría ella? ¿Pensaría que la había olvidado? ¿Que no cumpliría su promesa de librarla de su esposo y llevarla con él? Pensó que esas promesas no valían nada si no podía sacarla de ese lugar y de ese ambiente.

En esos momentos se dirigía hacia el rancho que una vez fuera su hogar, no porque fuera de él, sino porque ahí estaba su casa, ahí donde Pedro Carvajal le permitió construirla, para mantenerlo cerca.

Habían pasado dos meses desde que él fuera rescatado, dos semanas había estado internado en el hospital, otra la había pasado convaleciente en su casa, después se había enfrascado en el ir y venir para resolver asuntos legales respecto al rancho que había pertenecido a su jefe y que después paso a poder de sus dos hijas, Miranda y Verónica, ellas y para sorpresa de él, se lo habían donado.

_ No puedo aceptarlo. - les había dicho. _ ¿tienen idea de cuánto vale ese rancho?

_ Sabemos cuánto vale. - había dicho Miranda. _ y no nos importa, tú has hecho más que eso por nosotras.

_ Las estaría robando si lo aceptara. - había insistido él.

_ Simón. - se había acercado Verónica quedando frente a él, estaba demasiado cerca, tanto que había podido aspirar su delicado perfume, en otro tiempo eso hubiese despertado todos sus sentidos, pero con sorpresa se dio cuenta de que ya no lo afectaba como antes. _ mi hermana y yo queremos ponerlo en tus manos, nosotras no lo necesitamos, ni lo vamos a administrar, lo de menos sería pedirte que te quedes en él y lo manejes por nosotras, pero ambas sabemos lo que tú has hecho por este lugar, lo trabajaste gran parte de tu vida y viviste en el también casi toda tu vida, todos te conocen y te respetan, no podía haber nadie más apto para hacerse cargo de el, que tú, pero no queremos que lo manejes para nosotros, queremos que sea tuyo y no te estamos pagando con eso lo que has hecho por nosotras, porque lo que hiciste. - se acercó más a él. _ no tiene precio. _ me salvaste la vida y casi diste la tuya por mí. - sus ojos estaban cristalizados. El la miró consternado, nunca le había gustado verla llorar y ahora lo estaba haciendo. Sin previo aviso lo abrazó, un abrazo que duró varios segundos, el solo atinó a corresponder a su abrazo, hasta que escuchó el carraspeo de Nicolás.

_ Te recuerdo que es mi esposa. - dijo con seriedad, pero con un dejo de broma.

El la soltó de inmediato, pero ella lo siguió aprisionando.

_ No te soltaré hasta que digas que sí. - levantó su rostro con lágrimas aún en sus hermosos ojos, pero con una leve sonrisa. _ te lo ganaste.

_ Siento que les estoy robando. - protestó.

_ Mi vida no vale un rancho y la tuya tampoco, salvaste la mía ayudando a Encontrarme y casi pierdes la tuya solo por ir en mi ayuda.

_ ¡Ya di que sí! ¡Carajo! - se escuchó la voz exasperada de Nicolás.

_ Este es un asunto entre él y yo. - sonrió Verónica. Le encantaba verlo celoso por ella. Así que permaneció en su lugar.

_ Ya oíste. - había sonreído también él. _ déjanos arreglar nuestros asuntos. - la había atraído más hacia sí.
Miró la cara de Nicolás, ciertamente estaba celoso, lo sabía, pero también ambos sabían que no había de que preocuparse, Verónica amaba a su esposo, a él lo veía como un gran amigo y cómplice y él a ella simplemente la respetaba porque a pesar de que la había amado por tanto tiempo, ya no era así, sin embargo, Nicolás no lo sabía y aunque sabía que la respetaría, los celos no lo dejaban en paz imaginando que sucedería si él le confesara que la amaba.

_ Ya fue suficiente. - tomó Nicolás a su esposa de la mano y la apartó de él, rodeándola con sus fuertes brazos. _ amor. -se dirigió a ella. _ Simón acepta tu propuesta. ¿verdad? - le dirigió una mirada de advertencia.

Fue así como el rancho de Pedro Carvajal paso a ser de su propiedad y durante las siguientes semanas con el ir y venir, los abogados las firmas y después reorganizar todo y a todos, el tiempo se le había pasado con rapidez.

Lo consolaba el hecho de que ya tenía a Víctor tras la pista de Fernanda, aún se encontraba en el hospital, cuando le había llegado el primer reporte de Víctor, ahora sabía que ella se encontraba con sus hermanos, lo que lo había dejado momentáneamente tranquilo, porque aunque no había logrado localizarla, el saber que estaba con su familia le quitaba un peso de encima, sin embargo su tranquilidad no había sido duradera porque después de no encontrarla por casi mes y medio, de pronto habían encontrado pistas y lo que Víctor había descubierto lo dejo helado, resultaba que sus hermanos no eran más que otro montón de sinvergüenzas, que se la habían llevado para esconderla cuando supieron que Rafael había muerto, después de eso se enteraron de que la habían vendido a otro hombre, quien se la llevó, habían localizado al hombre, pero negaba tenerla, además de no saber en dónde podría estar, tampoco los hermanos habían podido ser localizados, al parecer iban de un lugar a otro escondiéndose de algo o de alguien.

Recordó como en cuanto se enteró de lo que estaba sucediendo con ella, había dejado todo y se había reunido con Víctor.

Gracias a que gran parte de los hombres que Rafael tenía por esa región, estaban con él por mandato de su jefe Pedro Carvajal, y no porque le fueran fieles, es que Simón logró obtener información más rápido y más veraz, porque esos hombres lo respetaban y lo admiraban y si de ellos dependiera, se hubiesen puesto bajo su mando y no bajo el mando de Rafael.

Ya estaban tras un pista importante y tenían un plan trazado, cuando de improviso había surgido algo, algo que pensó no se daría, su oportunidad de darle su merecido al gran Pedro Carvajal, el hombre responsable de qué tanto él como su hija casi perdieran la vida y no quería venganza por él, era ella la que lo movía, el sufrimiento que le causó, el haber provocado que ella perdiera a su bebé y que había la posibilidad de que no pudiera tener otro, eso lo enfurecía y por ello deseaba tenerlo frente a frente, así que no lo dudó, después de esa, no habría otra oportunidad, así que se regresó. Había llegado la hora.

*****
Simón se hallaba sentado tras él escritorio que alguna vez fuera de su jefe, observaba su mano enrojecida e hinchada, la sangre seca de sus nudillos, el brazo le dolía, era el que aún necesitaba fisioterapia para recobrar su funcionalidad total, pero no le importó, Si tenía que sufrir por varios meses más, lo haría con gusto, pero cada golpe que le había dado a ese cobarde valía la pena.

Le habían informado que Pedro había sido enviado lejos a una isla, en donde pasaría el resto de su vida, que todo lo que poseía estaba congelado, salvo los negocios legales y las cuentas asociadas a ellos, que ahora pertenecían a sus hijas, sin embargo, le había llegado la información de que había escapado y se dirigía hacia el rancho. Al nada más llegar, había puesto manos a la obra para recibirlo.

Recordó como retiró a la mayoría de sus hombres, no quería enfrentamientos con él y ellos, seguramente ahora que sabían que él ya no era lo que solía ser, ni tenía el poder con el que antes gozaba, algunos quisieran cobrar venganza, así que se aseguró de tener en el rancho el mínimo de personal y solo aquellos que no tuvieran nada contra él.

Nota: Hoy les regalaré un capítulo extra, espero que les guste. Saludos.

AMOR SIN CONDICIÓN No. 1️⃣1️⃣/SERIE: HOMBRES DE LA SIERRA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora