CAPÍTULO 48 FUERA

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_ Sí señor. - contestó.

_ Usted es quien asigna las tareas de esta casa, dígame, ¿alguna vez le pidió a la señora Fernanda fregar pisos y lavar baños?

_ ¡No señor! - dijo nerviosa. _ la señora expresó su deseo de participar de las labores de esta casa, yo lo comenté con usted y dio su consentimiento, pero yo le dije a ella que podía ayudar en la cocina o si lo prefería podía hacer labores sencillas de limpieza, como quitar el polvo, no lo que estaba haciendo, esa es tarea de aquellos empleados que por alguna causa en específico se les asigna, como aquellos que han sido indisciplinados o no rinden lo que debieran por negligencia de ellos, que son descuidados o que no les importa el trabajo.

_ Queda claro que en ningún momento dio tal orden. - dijo. _ queda claro que esa, es una tarea para quienes no están haciendo bien su trabajo. También me queda claro que es usted quien asigna las labores de cada quien y jamás le asigno esa en específico a ella. - miró a Fernanda.

María asintió. - de nuevo se veía sumamente nerviosa.

_ Entonces me pregunto. - se volvió de nuevo hacia aquél trío. _ ¿Con qué autoridad la pusieron a ella a hacer la labor que a ustedes les correspondía?

_ Lo hizo porque quiso. - siguió Valeria en su postura. _ ahora miente para salvarse y no voy a permitir que nos echen porque ahora se siente muy digna.

Simón apretó los puños para no darle un golpe a esa mujer, nunca en su vida le había levantado la mano a una, sin embargo, ahora deseaba con toda su alma poner en su lugar a esa víbora.

_ ¡No contestó a mi pregunta! - dijo con todo el auto control de que fue posible. _ no importa cuanto lo nieguen, no estaban cumpliendo con su labor y a eso le sumamos que estuvieron acosando a mi prometida, lo que me da motivos suficientes para prescindir de sus servicios.

_ ¡No! - gritó Valeria. _ no lo acepto.

_ No tienen ninguna prueba. - habló por fin la mujer que había permanecido callada.

_ Los demandaremos. - hablo la otra mujer.

_ Sin pruebas nada procede. - dijo Valeria. _ y usted lo sabe, de modo que, si quiere echarnos, tendrá que ofrecernos algo tan bueno y tan grande, que se va a arrepentir de haber escogido a esa criada por encima de nosotras.

Simón no dijo nada, sacó su celular y dejo que él audio se escuchara.

Cuando termino, las miró de nuevo.

_ Jamás me arrepentiré de escogerla a ella por encima de quién sea, aún si tuviera que entregar todo lo que tengo, porque ella lo vale, lo que no puedo decir de ustedes, como ven no tengo que pagarles nada, y ustedes si tendrán que salir de aquí, no trabajan más para mí, y más vale que no intenten nada contra mí, ni contra nadie que tenga que ver conmigo, porque esto irá a parar a las autoridades. Se llama acoso laboral, hostigamiento, además hay amenazas de muerte, todo penado por la ley, sin contar con que conozco a tus amiguitos. Pregúntales si estarían dispuestos a meterse conmigo, te aseguro que te llevarás una gran sorpresa.

Valeria y sus amigas se habían quedado mudas, al igual que todos los presentes, no podían creer el giro que habían dado los acontecimientos, ninguno tuvo duda del amor tan grande que su jefe tenía por esa delicada mujer y se alegraban por él, porque era un buen jefe y una buen persona, sus vidas habían empezado a cambiar desde que él tomara las riendas del rancho y habían cambiado para bien, ahora la gente de los alrededores peleaban por un empleo en su rancho, no entendían porque esas mujeres habían sido capaces de ponerlo en riesgo, difícilmente encontrarían otro igual, en donde se les tratara bien y con respeto, en donde se les pagara más que lo justo, en donde se les dieran todas las prestaciones de ley y sobre todo en donde se les protegiera, se les tratara con dignidad y se les animara a superarse. Seguramente pensaron que ganarían, pero ¿quién le ganaba a Simón Mendoza? le había ganado a Pedro Carvajal, le había ganado a Rafael y le había ganado a la muerte, ¿quién en su sano juicio se ponía al tú por tú con él? Solo esas locas que ahora salían escoltadas por los hombres de Simón.

Simón miró como esas tres mujeres eran sacadas del rancho, las había despedido y les pagaría todo lo que fuera necesario conforme a la ley, era justo y siempre lo sería.

Después de que ellas se marcharan había enviado a todos a seguir con sus labores

Nadie había esperado escuchar, lo que habían oído en esos audios, eran varios, el primero se lo había dado Verónica del día que las escucho, no solo se había quedado a oír la conversación, la había grabado, los demás se los había dado el hombre al que había pedido que las vigilara, algunos eran audios y otros videos, pero todo le servía, esas mujeres no volverían a acercarse ni a su rancho, menos a Fernanda, la defendería con su vida si fuera necesario. Y lo haría, porque al estar con él, su vida realmente corría peligro, aunque reconocía que no se esperaba que el peligro estuviera en su propia casa y con su gente.

Esas locas habían hablado de hacerle la vida imposible a su Fernanda, hasta hacerla huir por su propia voluntad, y si no resultaba tomarían medidas más extremas, al parecer la tal Valeria tenía sus ojos y sus intereses puestos en él, como si por ese solo hecho, él se fuera a fijar en ella, jamás lo haría, aún si no estuviera Fernanda de por medio. También habían hablado y dado detalles de lo que estaban haciendo con ella, de la actitud asustada y sumisa que tenía cada vez que la acosaban y de lo fácil que era mantenerla callada, detallaban, de cómo la habían amenazado diciéndole que tenían amigos dentro del crimen organizado, que podrían hacerle daño a él, si ella decía algo o hacia algo. Y también habían hablado de que realmente tenían esas amistades, habían hablado en los audios de ellos, diciendo sus nombres, por lo que a él se le había facilitado identificarlos, de verdad los conocía, eran gente de otro grupo, alguna vez se habían enfrentado, pero no tenían el poder que él tenía y jamás se meterían de nuevo con él. En sus comentarios decían que en dado caso de que ella no se alejara y saliera de su vida, les pedirían a sus amigos que se deshicieran de ella y comentaban varias formas en qué lo podrían hacer.

Cuando escuchó eso, la ira lo cegó, había estado a punto de cometer una tontería, era tan fácil cruzar la línea, solo era cuestión de dar una orden y esas mujeres dejarían de molestar para siempre, pero no lo hizo, su vida estaba cambiando y no quería volver atrás. Tenía que ser inteligente. Con lo que les había dicho, estaba seguro de que se mantendrían alejadas y si no lo hacían, usaría esos audios y videos. Con la gente adecuada se aseguraría de que por bastantes años no vieran la libertad, por lo pronto las mantendría vigiladas, al primer movimiento en su contra, estaban perdidas.

Miró a Fernanda seguía a su lado como un animalito asustado.

Se volvió hacia ella y la abrazó

_ Todo está bien amor. - dijo a su oído. _ de aquí en adelante nadie te molestará más.

_ ¿Estás enojado? - levantó su hermoso rostro hacia él.

_ ¿Por qué debería de estarlo? - tomó su rostro entre sus manos acariciando con su pulgar su mejilla.

_ Por no decirte lo que pasaba. - sus ojos cristalizados mostraban su ansiedad.

_ No fue bueno que me escondieras algo tan grave como eso. - dijo.

Ella prorrumpió en sollozos.

_ No te angusties. - la abrazó más fuerte. _solo no vuelvas a hacerlo, si me cuentas todo, de alguna firma podremos solucionarlo, como ahora, y entre más pronto, mejor, nos evitamos muchos problemas o que después crezca tanto, que luego lo tenga solución.

_ Entiendo. - dijo en un susurro. _ perdóname.

_ Todo está bien pequeña. - se encaminó con ella, para llevarla a su habitación. _ ahora descansa, yo estaré contigo, basta de trabajo por hoy.

Próximo capítulo: "HERMANOS"

AMOR SIN CONDICIÓN No. 1️⃣1️⃣/SERIE: HOMBRES DE LA SIERRA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora