CAPÍTULO 3 BÚSQUEDA

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Santiago miró a su alrededor, se sentía aterrado, por poco y no llegan a tiempo para, salvar la vida de Verónica la esposa de su sobrino Nicolás, sin embargo, para su bebé, había sido demasiado tarde, y aunque ni ellos mismos sabían aún del embarazo, la situación había sido muy dolorosa, incluso para él, que sólo era su tío.

Ahora, en medio de la Sierra, tenía que esperar a que el helicóptero que se había llevado a su sobrino y a su esposa, para que ella recibiera atención médica regresara por ellos, ya había enviado a los hombres que iban con Nicolás de regreso y a los escoltas que iban con él, les pidió que esperaran lejos de ahí

Luego, en lugar de quedarse quieto esperando, tomó una de las camionetas y se puso en marcha, nuevamente Bruno iba a su lado. Nicolás le había expresado su preocupación por Simón, quien a pesar de haber dicho que iría a ese lugar, nunca llegó y él sabía, que sólo de haberle sucedido algo, faltaría a su palabra, sobre todo tratándose de su esposa, el daría la vida por ella, lo sabía. Así que recorrió el camino que Simón hubiera empleado para llegar hasta ahí.

No había tardado mucho en dar con el lugar del accidente. Todo parecía simple. Había perdido el control del vehículo, se había precipitado al vacío y por el impacto el tanque de la gasolina había explotado, él ni siquiera había tenido tiempo de intentar salir, su cuerpo se hallaba recostado en el asiento, pero estaba totalmente irreconocible, el fuego lo había calcinado al igual que a la camioneta, tanto él como Bruno revisaron todo el lugar. Bruno encontró su celular ya inservible lejos de la camioneta y el encontró su cartera, también se había salvado del incendio, él tomó ambas cosas y se dispusieron a marcharse. Era otro duro golpe para su sobrino y su esposa, y era él quien tendría que dárselos.

Iban de regreso, pero Santiago no se sentía cómodo.

_ ¿Piensas lo mismo que yo? - interrogó Bruno.

Ambos se habían detenido.

_ Esto no está bien. - Dijo serio.

Ambos intercambiaron impresiones y concluyeron, que el tanque de la gasolina no había explotado al caer la camioneta, habían revisado la escena y todas las cosas que habían salido volando del interior mientras esta caía, tenían humo y hollín impregnado, lo que confirmaba que ya se había incendiado antes de precipitarse, habían revisado de nuevo la parte, superior y encontraron los rastros de la lucha de Simón por controlar la camioneta, había sido un tramo largo, luego habían descendido de nuevo, se dieron cuenta de que la camioneta presentaba impactos de arma de fuego, de nuevo revisaron el interior y los dos repararon en lo mismo, el cadáver aún conservaba uno de sus zapatos aunque se encontraba adherido a su pie derretido y quemado por el fuego. Momentos antes habían visto dos zapatos, uno por un lado y otro por el otro, de inmediato los buscaron, definitivamente no eran del mismo número, ni de la misma persona.

Santiago tomó la cartera y la miró de nuevo.

_ No tiene humo, ni hollín. - Dijo mostrándosela a Bruno.

_ Eso indica que debió salir de su bolsillo antes de caer la camioneta - dijo Bruno. _ pero no estaría en este lugar o...

_ ...O quiere decir que no estaba en el interior.

_ Si Simón la traía consigo, es muy improbable que saliera de su bolsillo, por lo tanto, debería de estar quemada junto con él, si la traía suelta en la camioneta, quizás en la guantera, de haber salido, que sería lo más probable, estaría sucia y llena de humo como todo lo demás. Pero no lo está.

_ Lo cual solo nos deja una opción. - intervino Santiago. _ en la camioneta había dos personas y ese hombre no es Simón. Seguramente él logró saltar antes de la explosión. La cartera no salió cuando el rodó, alguien la sacó de su bolsillo, porque no está dañada, ni sucia, sólo la sacaron y la tiraron ahí. Lo que nos lleva a otra cosa.

Ambos descendieron unos pasos, buscando por los alrededores de la camioneta.

_ Aquí. - dijo Bruno. Santiago se acercó. Efectivamente se observaban varios pares de huellas, antes no las habían visto, porque no las estaban buscando.

Ambos las siguieron, se alejaban del lugar, internándose en el bosque, pronto llegaron a un enorme rio. Ahí las huellas se perdían, seguramente habían cruzado.

Santiago miró la hora, tenían que regresar. El helicóptero estaba por llegar, además ya habían perdido la pista, deseaba estar seguro de lo que se veía a simple vista, eso le daba una esperanza de que Simón estuviera aún con vida, sin embargo, sus posibilidades seguían siendo muy escasas si se encontraba en manos de ese demente. Por lo pronto guardaría silencio ante Nicolás y Verónica sobre todo ante ella, que sería la más afectada tanto si le decían que estaba muerto, como si le daban falsas, esperanzas.

_ Volvamos . - dijo. Aún si eran simples suposiciones, empezaría a movilizar a sus hombres, aunque eso llevaría tiempo y mientras tanto esa gente tomaría ventaja. Pero no se quedaría con los brazos cruzados. No lo haría.

*****
Una semana y nada. Santiago estaba frustrado, deseaba tomar el asunto en sus propias manos, adentrarse él mismo en la sierra y dar con ese hombre que había dañado a Verónica y por consiguiente a Nicolás y además se suponía que tenía a Simón, si no es que ya le hubiera dado muerte, pero no podía dejar a Nicolás, él lo necesitaba ahora más que nunca, mientras su esposa luchaba contra la muerte, y mientras él luchaba contra él temor de perderla y con la tristeza de haber perdido ya a su bebé tan prematuramente.

Hasta ese punto ya había agotado sus opciones, había rastreado a Rafael, sus hombres habían ubicado su casa y el no aparecía, sus vecinos se negaban a dar información acerca de él, se asustaban nada más de oírlo mencionar y se retraían, aun así, habían logrado averiguar que hacia una semana había estado ahí, y que se había llevado a su esposa consigo, <<lo cual era raro>> les habían dicho, porque aunque él saliera y no regresara por cortos o largos periodos de tiempo, ella casi nunca lo hacía, siempre la hacía permanecer ahí.

Esto le daba a él, un indicio de que quizás ya se hubiese marchado del territorio, quizás fuera del país, lo cual significaba que aún, si él se hubiese llevado a Simón, ya definitivamente no estaba con vida.

Aun así, no paró a sus hombres lo buscarían por algún tiempo más, no podía decir que hasta que lo encontraran vivo o muerto, porque en esos lugares lo más fácil del mundo era hacer desaparecer un cuerpo y por lo visto Rafael ya tenía bien armado su plan, para todos Simón ya había muerto y le habían dado sepultura.

AMOR SIN CONDICIÓN No. 1️⃣1️⃣/SERIE: HOMBRES DE LA SIERRA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora