Fernanda estaba perpleja al llegar a ese hermoso lugar. Sus hermanos tenían razón en algo, ese hombre sí que tenía dinero, el lugar era precioso y el lujo y la comodidad eran palpables.
Recordó como por fin llegó el momento en el que fueron por ella, era todo un contingente de hombres armados, ella se sentía nerviosa y asustada, pero no dijo nada, desde lejos y ya instalada en una de las lujosas camionetas, miró como sus hermanos recibían de manos de esos hombres un montón de dinero, no sabía cuánto era, pero era mucho y todo en efectivo, así lo habían pedido ellos. Recordó con tristeza que ni siquiera una mirada le dirigieron, se encontraban tan felices por su pago, que ya no repararon en ella y estaba bien, porque ella ya no podría verlos a la cara, eran su sangre, eran sus hermanos, pero eran unos traicioneros, malos hijos, malos hermanos y malas gentes, no merecían que los recordara siquiera.
El camino había sido largo y cansado, se sentía tan tensa y angustiada que no se había dado cuenta, de que esos hombres la trataban con muchas consideraciones, le preguntaban si se encontraba bien, si necesitaba algo, se habían detenido dos o tres veces en algunos poblados, para abastecerse de agua y comida y siempre con amabilidad y respeto le habían ofrecido, ella había aceptado porque se hallaba hambrienta.
Cuando por fin llegaron fueron recibidos por el ama de llaves.
De inmediato la habían conducido hacia el interior de la casa, se sintió triste, en verdad era hermosa, sería maravilloso vivir en ella, si se encontrara ahí por su propia voluntad, además, la casa podría ser todo lo preciosa que quisiera, pero el dueño debería de ser un mounstro, no podía ser de otra forma, la había comprado, como si de mercancía se tratara, ¿de qué le servían sus millones si tenía el alma podrida? No se imaginaba que clase de hombre podría ser, si para tener a una mujer necesitaba comprarla, esto la aterró aun más
_ Mi nombre es María, - había dicho el ama de llaves. _ bienvenida, el patrón no está, pero tengo órdenes de instalarla y hacer que se sienta bien, cualquier cosa que necesite puede pedirlo a cualquier miembro del personal, ahorita cada,quien está cumpliendo sus tareas y están por todos lados en el rancho, pero más tarde que los reúna se los presentaré.
Ella había agradecido con amabilidad, al menos no estaba sola, ni encerrada y no era tratada mal.
Cuando la llevaron a su recámara, no podía creerlo, jamás imaginó estar algún día en un lugar como ese, si Simón la pudiera ver, el siempre le había expresado su deseo de que le fuera bien en la vida, él decía que algún día lo conseguiría.
Miró a su alrededor, y su humor decayó, ciertamente era un lugar hermoso, lleno de lujo y comodidad, pero, ¿que era ella ahí? Ni siquiera lo sabía, ¿era una empleada, era la mujer del hombre que vivía ahí, o simplemente sería un objeto que le diera placer para luego ser echada? No lo sabía, sin embargo, no tardó mucho en descubrirlo.
El segundo día de su estancia en ese lugar apareció una elegante mujer, era hermosa, vestía bien y entró con aires de grandeza, se presentó como la prometida del dueño.
_ Quiero hablar con la mujer que acaban de traer. - había dicho despectiva.
_ Soy yo. - se dio a conocer.
_ ¿Tu? - la miró de arriba a abajo con desprecio. _ debí de suponerlo. - sonrió con burla. _ retirense de aquí. - ordenó a los empleados.
Todos obedecieron de inmediato.
_ Así que te trajo a su casa. - caminó a su alrededor. _ ni por un momento te vayas a imaginar cosas. - la encaró. _ yo soy su prometida, tú sólo eres un pasatiempo y no me importa, porque no soy celosa.
_ Entonces ¿porque me está diciendo esto? - dijo con timidez.
_ Porque quiero que entiendas cuál es tu lugar aquí. Y que por ningún motivo te hagas ilusiones de que seas alguien en esta casa, Él es mío, siempre lo ha sido, y está bien, que se divierta un rato, se que se cansará rápido de ti, como lo hace siempre, ninguna le dura, porque yo soy el amor de su vida. Además. - la miró una vez más con desprecio. _ ¡mírate! ¿qué puede ver él o cualquier hombre en ti? Eres un asco. - hizo un gesto de repugnancia. Ni siquiera creo que pases la primer noche, para cuándo él se deshaga de ti. _ tengo que admitir que por un momento me preocupó tu presencia, pero ahora me da risa.
Ella solo la escuchó, no quería defenderse y no tenía como hacerlo, ni siquiera ella sabía en calidad de qué estaba ahí, lo que sí era seguro, era que él pretendía pasar el rato con ella, nadie pagaría esas cantidades de dinero si no pensara desquitarlas. Se sintió asqueada, esa mujer tenía razón. ¿quién se fijaría en ella si no fuera más que para pasar el rato?
_ Si ya terminó me voy a retirar. - dijo armándose de valor, no quería seguir escuchando como la humillaba.
_ ¡Claro! ¡vete a limpiar que es lo único para lo que has de servir! - se burló de ella. _ yo también me retiro. Veo que no hay nada por lo que tenga que preocuparme. Se dio la media vuelta y se marchó.
*****
Tatiana salió del lugar satisfecha y feliz, todos sus temores se habían desvanecido, ahora estaba segura de que nada ni nadie le impediría conseguir que su ex prometido volviera a su lado. En el pasado había estado a punto de casarse con él, pero al lado de su jefe, él nunca iba a progresar y ella quería mucho más de lo que podía ofrecerle, ella merecía mucho más y aunque lo amaba de verdad, a sus espaldas se había dado dos que tres escapadas con su jefe y a través de él, había hecho más contactos hasta que había llegado a manos de un hombre con bastante que ofrecerle y sobre todo, dispuesto a dárselo, sin dudarlo se había marchado con él. Por supuesto no le había ido bien, porque esa gente no le era fiel a nadie y así como la tuvo a ella, tuvo a muchas más, pero disfrutó de todo lo que pudo sacarle, sin embargo sus ahorros se estaban terminando, ya tenía dos o tres hombres en perspectiva, pero se había enterado del giro que había dado la vida de su ex prometido, ahora era el dueño del rancho que una vez fuera de su jefe, el cual por cierto estaba desaparecido, además se comentaba que tenía mucho dinero, ella por supuesto no había perdido la oportunidad, lo malo era que no podía coincidir con él, después se había enterado de que tenía a una mujer en su rancho y llena de pánico había acudido de inmediato, pero ahora se iba tranquila, esa mujer no podía significar nada para él, su aspecto dejaba tanto que desear, de ninguna manera era rival para ella, incluso dudaba que él la hubiese llevado ahí con otros fines que no fuera integrarla a la servidumbre, no se imaginaba otro lugar para ella.
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AMOR SIN CONDICIÓN No. 1️⃣1️⃣/SERIE: HOMBRES DE LA SIERRA
RomansaEl ha estado enamorado toda su vida de la hija de su jefe, a tal grado de que ninguna mujer ha llegado a cumplir sus expectativas como para formar un hogar, excepto ella, sin embargo, ella ya es la esposa, de otro, él mismo alentó esa relación, porq...