Rafael miró hacia atrás, una vez más se alejaba de su mujer, le habían llegado rumores de que Pedro Carvajal había desaparecido, había hecho varias incursiones a su territorio, y haría las que fuesen necesarias para saber que sucedía, no confiaba en sus hombres, y necesitaba cerciorarse él mismo, porque de ser cierto el rancho principal y otras propiedades tenían que ser de él, sin Pedro y sin Simón que era el único que le podría hacer frente , todo sería sencillo, por fin todo se le estaba acomodando a su favor, aunque por lo pronto no podía dejarse ver, primero, porque no sabía si esos rumores eran ciertos y segundo, porque tampoco sabía quiénes de la gente que quedaba le eran fieles o al menos no lo delatarían si lo vieran, así que una vez más se marchaba, no podía arriesgarse a llevar consigo a Jorge, era un arma de doble filo, era bueno y osado, bien podría defenderlo en una situación de peligro, pero aún no le debía gran fidelidad, y nada le aseguraba que en un momento dado, no se le volteara, así que lo dejaba junto con dos de sus hombres, uno era con quién había hecho amistad y se llevaba mejor, lo había hecho no por buena gente, a él le importaba poco si se sentía mejor con uno o con otro, lo que quería impedir es que tuviera tiempo a solas para idear locuras y sobre todo para importunar a su esposa, estando juntos al menos la pensaría dos veces para hacer algo inapropiado, y dejaba a Víctor, porque de todos sus hombres era el más centrado, y el más confiable, si algo sucedía con Jorge y su esposa, era él quien lo podía poner en su lugar y no unirse a él, como en ocasiones sucedía, cuando sus hombres se proponían molestar a una mujer.
No era uno de sus trabajadores habituales, había trabajado en varias ocasiones para él, cuando Pedro se lo ordenaba y aunque no era el tipo de hombre que él acostumbraba reclutar, porque no se metía en problemas, no era prepotente, no participaba cuando hacían daño a alguien ni se divertía como los demás, pero hacia su trabajo sin protestar. Quizás no era el hombre violento que él necesitaba, pero le servía en otros aspectos, porque, aunque generalmente no participaba, era valiente y osado y bien podía poner en orden a los demás sin dificultad, porque no les tenía miedo, jamás lo había traicionado y confiaba en él.
*****
Fernanda miró como dos de los hombres que Rafael había dejado, se internaban en el bosque, sintió alivio, desde que supo que ese tal Jorge se quedaría, ella se había encerrado en la casa, incluso había pensado no llevarle el desayuno a Simón, seguro él entendería, pero a media mañana ellos, se estaban marchando y ella corrió a calentar la comida para llevársela, antes de que regresaran.Iba a abrir la puerta con la llave que Rafael le dejaba cada vez que salía, cuando sintió la presencia de alguien, asustada levantó la mirada.
_ Perdón si la asusté. - dijo Víctor acercándose a ella. _ ¿Le puedo ayudar? - extendió sus manos para tomar lo que ella traía.
_ ¡No! - lo rechazó. _ no es necesario. - dijo con nerviosismo.
_ Al menos le puedo ayudar a abrir la puerta. - le pidió las llaves.
_ Lo siento, pero no. - lo volvió a rechazar
_ ¿A quién tienen ahí? -preguntó.
_ Si no lo sabes es porque Rafael no quiere que lo sepas. - dijo lo más amable que pudo. No quería molestarlo, pero tampoco podía dejarlo ver de quién se trataba si su esposo no se lo permitía. Una vez más estaba asustada.
_ ¡Descuide! - dijo apartándose, su incomodidad le hizo darse cuenta de que la estaba poniendo en aprietos y tenía razón, si Rafael se daba cuenta ella pagaría las consecuencias, odiaba ver cómo la trataba, pero el auxiliarla no serviría de nada, solo lo enfurecería más y él ganaría la muerte y muerto no le servía a nadie, así que la dejó y se retiró.
*****
_ ¿Quién es? - preguntó Simón, aletargado aún por el medicamento. Había escuchado la conversación._ Es uno de los trabajadores de Rafael. - dijo acomodándose para poder darle de comer. _ solo quería ayudar.
_ ¿Es alguien de fiar? - interrogó.
_ No es como los demás. - dijo. _ me trata con respeto, pero quería ver quién estaba aquí y eso me pone nerviosa, a nadie le importa a quién mi esposo tenga en este lugar o que haga con quién esté aquí.
_ Si logro ponerme bien y salir de aquí...
_ Por favor no diga eso. - lo interrumpió. _ Rafael no lo permitirá.
_ Sabes que lo intentaré ¿Verdad? - dijo. _ y también sabes que te llevaré conmigo. - no podía ver su rostro, pero por su silencio supuso que estaría espantada. Era natural, no creía que ella jamás hubiese pensado siquiera en escapar de las garras de ese degenerado, seguramente se veía atada a él de por vida, pero él no lo permitiría, la llevaría consigo, le buscaría un hogar, con gente buena que la ayudara a salir adelante y la dejaría ir. Ella merecía algo bueno.
_ Si lo intento. - dijo. _ ¿Crees que él pueda convertirse en nuestro aliado? Quizás no que nos ayude, pero que no nos delate.
_ Rafael no nos dejaría. - dijo nerviosa.
_ No te angusties. - dijo él, tomando su mano, ella intento apartarla, pero él no se lo permitió.
Sus ojos se cristalizaron, había decepción en ellos, pensó que él era diferente, pero ahí estaba, forzándola a algo que no quería, volvió a intentar apartar su mano y él no se lo permitió nuevamente.
_ ¡Por favor escúchame! _ tomo su mano con fuerza, pero sin lastimarla, sabía que quería huir, pero no sé lo permitiría aunque le doliera hasta el alma al usar su brazo. _ no te voy a obligar a hacer algo que no quieras. - dijo.
Pero ya la estaba obligando. Se quedó quieta, había aprendido que mientras menos luchara, más rápido pasaban las cosas y tenía razón, el la soltó.
_ No fue mi intención lastimarte. - se disculpó él, tarde se había dado cuenta de lo que estaba haciendo, había querido protegerla y estaba haciendo lo mismo que su odiado esposo. _ discúlpame por favor. Estoy desesperado por largarme de aquí y no quiero irme y dejarte con él. ¿Puedes entenderme? Te debo tanto y quiero pagarte cuando menos con tu libertad
_ ¿Crees que él me dejaría en paz? - dijo con voz ahogada. _ me buscaría hasta encontrarme y luego me haría pagar por dejarlo.
Él no dijo nada ella tenía razón, pero lo que ella no sabía era que, de lograr escapar, jamás lo dejaría con vida. Estaba dispuesto a morir, antes de dejar que él siguiera viviendo, porque de hacerlo sabía que la vida de ella sería un infierno y no lo permitiría.
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AMOR SIN CONDICIÓN No. 1️⃣1️⃣/SERIE: HOMBRES DE LA SIERRA
RomanceEl ha estado enamorado toda su vida de la hija de su jefe, a tal grado de que ninguna mujer ha llegado a cumplir sus expectativas como para formar un hogar, excepto ella, sin embargo, ella ya es la esposa, de otro, él mismo alentó esa relación, porq...