CAPÍTULO 45 AMOR IMPOSIBLE

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Fernanda caminaba rumbo a su habitación, era consciente de la cercanía de Simón, la había tomado por el brazo y la conducía con paciencia.

Su mente estaba hecha un torbellino. Después de haber sufrido todos esos días sabiendo que Simón estaba comprometido, luego con la visita de esa hermosa mujer a quien le dedicó casi dos días completos de su atención, con quién reía como no lo hacía con nadie y a quien abrazaba como si fuese lo más preciado de su vida, sin embargo, había resultado que su prometida no era tal, y que Verónica, no era como ella creía, y no solo no tenía una relación sentimental con Simón, si no que tenía esposo y lo mejor de todo, se amaban. Pero, ahora eso era lo de menos, ahora en su cabeza daban vuelta las palabras que él había dicho, en su momento habían sonado maravillosas, a pesar de haber sido dichas al calor de la discusión, él había dicho que era su prometida, lo cual era comprensible, quería callarle la boca a esa mujer de una sola vez, pero también había dicho que era una maravillosa mujer, también era comprensible, la veía así, por puro agradecimiento, lo había cuidado en los momentos más difíciles de su vida, había estado a un paso de la muerte y también con eso pretendía alejar a esa mujer, pero lo otro, el decir que la amaba, porque eso había dicho: "la mujer que amo" y sus palabras aún seguían haciendo eco en su mente, eso no había sido necesario que lo dijese, con lo demás bastaba, pero lo había dicho y ella se sintió triste y decepcionada, eran palabras tan especiales que no se podían decir a la ligera, menos con alguien como ella, que sabía que el amor no llamaría a su puerta y en caso remoto de que alguien llegara a fijarse en ella, no estaba segura de poder darle lo que él necesitaba.

Habían llegado a su recámara, lo que la sacó de sus pensamientos, él no se había quedado afuera esperando a que ella entrara, lo había hecho junto con ella y luego se había quedado parado, ¿esperando qué?

_ Sé que estás cansada. - dijo por fin. _ pero me gustaría que habláramos.

Ella lo miró, realmente se sentía cansada, pero sabía que ya no tendrían otra oportunidad, cuando su visita se marchara, él volvería a sus asuntos y con dos días perdidos, era probable que no lo viera en varios días más.

_ ¿Te parece si salimos al balcón? - propuso él y ella aceptó.

Una vez instalados en los cómodos asientos, él la miró, pero no dijo nada. Ella estaba nerviosa, se imaginaba mil cosas por las que quisiera hablar con ella y la principal, que quizás ya no quería que estuviera ahí, probablemente con la llegada de su ex prometida, ahora se estaría planteando la idea de buscar una esposa y con ella ahí, sería complicado

_ Primero que nada. - habló por fin. _ quiero pedirte disculpas por todo lo que pasó. No tenías que haber soportado los caprichos de esa loca.

_ Tú no tienes la culpa. - dijo en un susurro.

_ Yo fui quien la trajo a mi vida y créeme que ahora me arrepiento, no sé cómo pude estar tan ciego, mi única excusa es que fue en una época de mi vida muy oscura y no me importaban sus excentricidades, no la amaba en realidad, pero pensé que ella sí, luego me dejó por otro, eso ya lo escuchaste, después de ella hubo una que otra mujer, nada de importancia y luego llegó otra por quien sentí algo especial, pero también me dejó, al menos ella tuvo la decencia de hablarlo conmigo y de irse por amor, me dolió mucho en su momento, pero lo entendí, ahora ella es feliz, nos encontramos de vez en cuando y todo está bien, ¿Te preguntarás porque te digo todo esto? - la miró con sus ojos oscuros.

Ella solo asintió.

_ Por lo que pasó ahora, quiero aclarar lo que dije, no deseo que te sientas ofendida o utilizada, jamás lo haría.

_ No me siento así. - mintió, porque de verdad no quería sentirse así.

_ Siempre he sido malo para elegir a quien le entrego mi corazón, y me equivoqué tanto con ellas dos, porque en realidad mi corazón ya pertenecía a otra mujer.

Ella lo miró sorprendida, si su corazón se había empezado a sentir esperanzado, esas esperanzas se habían ido al vacío. Él estaba enamorado de alguien más. Hubiera querido llorar, pero se mantuvo firme, lo miró y el siguió hablando.

_ La mujer de quién estaba perdidamente enamorado, era un amor imposible, por muchas razones y estaba consciente de que, si no buscaba a alguien más, me quedaría soltero de por vida . Y todo hombre desea formar un hogar, una familia, tener hijos, es lo lógico ¿no?

_ Si. - dijo ella. Era verdad, ella también en cierto momento había soñado con lo mismo, aunque ahora ya fuera imposible, ningún hombre en su sano juicio estaría con una mujer que había sido de otros y cuyo cuerpo estuviera marcado.

_ Estoy seguro de que tú también lo deseas. - la miró a los ojos.

Ella no contestó. ¿qué le diría? Ella ya no aspiraba a nada de eso. Ni ahora, ni después.

_ Tu amor imposible ¿nunca se fijó en ti? - preguntó con timidez. - deseaba desviar su atención de su pregunta.

_ No. - dijo seguro. _ mi princesa era una mujer inalcanzable para alguien como yo.

Cuando dijo eso, todo el peso de la realidad cayó sobre ella. "Su princesa" había dicho. Ella lo había escuchado llamar a Verónica Princesa, entonces era ella... ella era su amor imposible y por la forma en la que la trataba lo seguía siendo, estaba segura.

_ Además. - continuó el. _ ella ya está casada y es muy feliz.

_ ¿Y tú? - se atrevió a preguntar.

_ Yo me acostumbré a ser feliz viéndola feliz.

_ Debe de ser muy difícil. - dijo imaginándose a ella misma tratando de ser feliz viéndolo a él feliz con otra mujer.

_ En realidad lo superas. - dijo. _ no puedes hacer más, pero aún en eso me equivoqué.

_ No te entiendo.

_ Ahora sé que ella no era mi amor verdadero.

_ Entonces ¿qué era?

_ No lo sé. - se quedó pensativo. _ Quizás admiración, respeto, prácticamente era mi jefa, yo trabajaba para su padre.

Esas palabras confirmaban lo que ella ya sospechaba, él no se lo había dicho, pero María sí, ella le había comentado que Verónica le había regalado el rancho y que él había vivido ahí casi toda su vida, trabajando para su padre. Entonces, era ella.

_ ¿Te arrepientes de haberla dejado ir?

_ La verdad es, que nunca la tuve, todo se llevó a cabo dentro de mi imaginación y ella nunca se enteró, así que en realidad ya no importa.

_ Acabas de decir, que ahora sabes, que ella no fue tu amor verdadero, quiere decir que ahora sí estás enamorado.

_ Lo que siento por ella se parece tanto al amor real, pero sé que no lo es. - la miró a los ojos. _ porque, ahora sí estoy enamorado de verdad.

_ ¿Cómo puedes saberlo? - dijo con vehemencia. Deseaba que se retractara, que dijera que también ahora estaba equivocado y que la volteara a ver a ella, que pudiera sentir lo que ella sentía por él.

AMOR SIN CONDICIÓN No. 1️⃣1️⃣/SERIE: HOMBRES DE LA SIERRA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora