CAPÍTULO 21 LUCHA A MUERTE

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❤️Maratón 1er capítulo de 3 Espero que les guste. Saludos.

Simón adivinó las intenciones de Rafael, predijo su movimiento y con agilidad llevó a cabo lo que tanto había practicado durante esos días en que él no había estado.

Su cuerpo, se había fortalecido, sus heridas, aunque no habían sanado aún, estaban en proceso de hacerlo, su cuerpo había ganado fuerza y el medicamento que ese médico que lo había atendido días atrás, le ayudaba en gran manera, porque el dolor no era tan intenso y lo podía soportar, además de que había curado cada una de las heridas y vendados las que se podían vendar. Su cuerpo aún resentía el maltrato del que fue objeto, pero se sentía listo para hacerle frente a ese cobarde, y lo estaba haciendo.

Minutos antes cuando supo que estaba de regreso, había usado la llave que Víctor había puesto en sus manos la última vez que lo vio, no supo cómo la consiguió, porque tenía mucha prisa en marcharse, pero se la había dejado en su mano.

_ Es tu salvación. - le había dicho. _ tú sabes cuándo usarla. Suerte con ello. Él se quedó pensando, desde que había escuchado su voz le había parecido conocida, sabía que lo había oído antes pero no lograba ubicarlo, y eso era raro porque él era muy detallista no olvidaba fácilmente los rostros ni las voces, seguro habían coincidido en alguna parte, pero si hubieran tenido cierta relación, por ejemplo que hubiese estado bajo su mando, no lo olvidaría y si fuera uno de los hombres del montón, no lo recordaría, el caso es que tenían que haber tenido cierta cercanía, como para identificar su voz y no recordaba donde, o de que, sin embargo eso no importaba ahora, ahora estaba luchando por su vida, había visto la sorpresa de Rafael al darse cuenta de que en lugar de ser su cuerpo el que recibiera el ataque, había sido el colchón de la cama, que ahora lucía rasgado de en medio, furioso se abalanzó contra él, aún con su arma en la mano, pero él aún con las esposas sujetas, lo recibió con un fuerte golpe en la cara. Miró como Rafael caía al suelo retorciéndose de dolor, El no perdió tiempo, intentó neutralizarlo cuando todavía estaba en el piso, pero sus movimientos aún eran lentos y torpes y sus heridas cobraban factura,

Rafael, sintió el fuerte impacto de las esposas en pleno rostro, no pudo evitar caer al suelo, el dolor era insoportable, estaba seguro de que algún hueso de su rostro había sido fracturado, sin embargo, sobreponiéndose anticipó los movimientos de su oponente y lo recibió con el arma que aún sostenía en su mano, supo que lo había herido y se incorporó como pudo, solo para ver cómo Simón se sostenía el brazo herido, se veía aturdido y el aprovechó su debilidad. Se abalanzó de nuevo contra él, pero Simón no era de los que se daban por vencidos, lo recibió con otro golpe en el rostro, que casi lo dejo noqueado, sin embargo, él también había logrado herirlo de nuevo, esta vez en el pecho, alcanzó a ver la mancha roja que se empezaba a formar a través de su ropa. Sin embargo, eso no lo detuvo, sintió como un puño se estrellaba esta vez en sus costillas y las sintió fracturarse y clavarse en su interior, ese maldito tenía más fuerza de la que aparentaba, no lo entendía, debería estar muerto o casi muerto, habían pasado cuatro días, cuatro días, en los que no tuvo alimento ni agua, cuatro días en los que la puerta estuvo abierta y él con heridas expuestas, era para que algún animal se hubiese dado un festín con él, además estaba encadenado a esa cama sin posibilidad de defenderse, o eso creía, de dónde demonios había sacado la llave para abrir las esposas, él las traía, las tenía en la bolsa trasera de su pantalón, de eso estaba seguro, antes de entrar las había tomado y las había vuelto a poner en su lugar, sin embargo, eso poco importaba ahora, sentía que se estaba muriendo y su oponente volvía a atacar de nuevo, sin darle ninguna oportunidad, ahora estaba sobre él, solo sentía la furia de sus golpes y él ya no tenía fuerzas para repelerlos, sentía que se moría, el dolor de sus costillas fracturadas no lo dejaban pensar, además era probable que hubieran dañado algún órgano interno, porque empezó a sentir que la sangre subía a su boca y no podía hacer nada para detenerla. Por primera vez en su vida estaba asustado. Esto no podía estar sucediendo, era el quien tendría que estar terminando con la vida de ese maldito de Simón Mendoza, era él quien debería tenerlo bajo sus pies suplicando por misericordia, era Simón quien tendría que estar ahogándose en su propia sangre y no él. No soportó más y perdió la conciencia.

*****
Todos estaban expectantes, por un momento Nicolás hizo el intento de meterse a la lucha desigual que ahí se llevaba, pero Santiago se lo impidió.

_ Déjalo. - le había dicho. _ es su batalla, aún puede. - y sí que podía, habían sido testigos de como en segundos las cosas habían cambiado a favor de Simón. Ahora lo tenía dominado atado de manos, mientras Rafael luchaba por no ahogarse con su propia sangre.

Una vez sometido, y luego de que perdiera el conocimiento habían acudido en su ayuda, cuando Rafael se despertara se llevaría una gran sorpresa.

Santiago recordó como al llegar al lugar que James les había indicado, lo encontraron vacío, no se veía la presencia de hombres armados por ningún lado, habían llegado de noche, sin hacer ruido, todo lucía en penumbras, primero revisaron la casa comprobando que estaba vacía, luego se dirigieron al cuarto aparte. Era en donde aún tenían esperanzas de encontrar a Simón. Según el relato del médico, estaría encadenado, esperaba que esto fuera así, porque la otra opción era que Rafael le hubiese dado muerte antes de marcharse.

Cuando por fin abrieron la puerta. Lo vieron tendido sobre la cama, sin movimiento, por un momento pensaron que ya se encontraba sin vida, pero al acercarse y estar junto a él, él reaccionó, si bien no estaba muy bien, al menos no estaba muerto.

AMOR SIN CONDICIÓN No. 1️⃣1️⃣/SERIE: HOMBRES DE LA SIERRA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora