Fue una tarde bastante intensa. Estoy agotado mentalmente. Y por lo visto, Iki está más o menos igual.
Luego de que todos se fueran, caímos rendidos sobre el sofá y nos acomodamos uno junto al otro.
—¿Aun te duele? —Pregunto sin moverme.
—No, ya no me duele.
—Gracias por protegerme.
—Lo haría otra vez sin pensarlo —Me aprieta un poco más junto a él.
—¿Qué crees que pase mañana?
—No lo sé. La verdad, no quiero pensar mucho en eso.
—Está bien.
Así, seguimos en completo silencio por casi una hora hasta que lo siento bostezar.
—¿Quieres ir a dormir?
—Aun no —Dice con voz perezosa.
Ahora soy yo quien se acomada en el sofá para que él se acurruque en mí.
—No quiero dormirme aun... —Continúa mientras su cabeza reposa sobre mi pecho y acaricio su cabello. —Tengo sueño a pesar de dormir casi cuarenta y ocho horas seguidas...
—¿Qué?
—¿Recuerdas que para ir al departamento te dije que había tenido que drogar a Claus?
—Sí.
—Bueno... Digamos que tomó venganza de eso... De hecho, tuvo que despertarme para venir aquí.
—Ya veo...
Luego de un rato, nos damos cuenta de lo pequeño que es el sofá para estar acostados.
Extraño mi sofá viejo. Siempre nos caíamos, pero podiamos estar acostados en él.
Veo cómo Iki se levanta un poco para transformarse en lobo y acomodarse junto a mi como un cachorro. Un cachorro muy grande.
Será mejor ir a dormir.
Como yo no perdí mi fuerza, me levanto sosteniendo a Iki entre mis brazos para ir a mi habitación.
—Pudimos hacer eso en lugar de transformarme... —Murmura.
—Tal vez, pero hacer esto fue tiernamente divertido.
Iki vuelve a ser humano a medida que me recuesto junto a él. Ambos quedamos frente a frente y solo nos miramos a los ojos mientras nos sonreímos.
—Te amo —Dice sin apartar sus ojos de los míos.
—Y yo a ti —Me inclino para tomar su rostro y besarlo nuevamente —Buenas noches.
—Buenas noches.
Estoy algo nervioso por lo que pueda pasar mañana. Ese sujeto no me da la seguridad como para pensar en que cambiará de opinión.
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Simple casualidad
Любовные романыIki es un cuidador de zoológico que por cuestiones de dinero deberá mudarse a un piso compartido. James es el dueño del departamento, un elegante maestro de literatura en la universidad de Londres. Dos personalidades completamente opuestas, dos espe...