Capítulo 65

235 65 10
                                    

Todo el viaje me la pasé pensando en qué podría hacer al llegar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Todo el viaje me la pasé pensando en qué podría hacer al llegar.

¿Me dejarán verlo?

No lo creo. Si ya no me dejaban llamarlo, ¿qué probabilidades tengo de que me dejen estar con él?

Al llegar a Londres, Claus le da indicaciones a mi padre para llegar a su hospedaje. Tal parece que no estaremos en el mismo edificio.

-Bueno, vamos a nuestro hospedaje -Me mira fijamente -Desde ya te digo que no podrás salir.

-¿Y eso por...?

-Eres el acusado, ¿no? Eres una prisionero en tu propio hospedaje.

-¿Me tendrás encerrado hasta el día de la reunión?

-Ya lo captas. Pero descuida, si te aburres hay muchas formas de divertirse. -Hace movimientos con la mano.

-Que desagradable.

-Tómate una de estas si quieres hibernar hasta ese día.

-¿En serio me estás ofreciendo drogas para aguantar el encierro? -Se encoge de hombros.

-Con una dormirás hasta mañana. -Me entrega un frasco con píldoras.

La comunicación con los grandes es un traficante inmoral. No me sorprende.

Ya en nuestro hospedaje, Claus me indica que dormirá en el sofá para evitar cualquier intento de fuga de mi parte.

-Como si fuera un mocoso...

-No estamos lejos del departamento de tu querido vampiro.

-Sé bien en dónde estoy parado -Digo mientras reviso el mini bar —¿Quieres Ron?

-Sí, ¿por qué no?

-Pero no por eso voy a salir corriendo. -Sirvo dos vasos -No quisiera que me persiguieras como a una presa -Me siento junto a él.

-Eres sensato. ¿Por qué no lo fuiste cuando conociste al vampiro? -Se bebe todo de un trago.

-No lo sé. Supongo que cuando te enamoras haces cosas estúpidas sin miedo a lo que pueda pasar después.

-Supongo -Bosteza.

-Creo que me voy a dormir. Estoy cansado por el viaje. Nos vemos después.

-Creo que también tomaré una siesta -Vuelve a bostezar -Si intentas salir te ataré a una silla.

-Claro, claro.

Entro a la habitación con mis cosas, me siento en el borde de la cama y cuento hasta treinta.

Al salir, los ronquidos de Claus es lo único que se escucha.

Realmente son somníferos muy efectivos.

-Supongo que me abstendré a las consecuencias cuando despiertes -Dejo el frasco con las píldoras sobre la mesa y camino hacia la salida -Dulces sueños, Claus.

Simple casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora