En verdad no será un día agradable para nadie.
Son las ocho am, el lobo volvió a su cama para dormir un poco más, me acabo de reportar enfermo en la universidad, y mi querido hermanito aun no...
—¿Hola? —Contesto mi teléfono —Está bien, estaré allá en una hora. Sí, puedo llegar antes; pero eso te ganas por meterte en tantos problemas. Nos vemos en una hora, adiós —Corto la llamada y suspiro irritado.
No sé cuántas veces he tenido que sacar a ese idiota de aprietos. Las primeras veces no le daba tanta importancia; pero ahora ya es molesto.
—Hola, vengo a ver a Robbie Moore —Digo en la ventanilla —Mi nombre es James Moore, soy su hermano y abogado —La señorita me pide que entregue unas cuantas pertenencias para poder entrar.
—No puedo creer que me hicieras esperar una hora —Reclama Robbie en cuando entra a la sala de visitas —Podías llegar en minutos.
—Y lo hice. Sesenta minutos —Me mira irritado.
—Como sea. ¿Qué harás para sacarme de aquí? Es un poco incómodo el que algunos guardias me conozcan.
—Tienes que declararte culpable y...
—¡¿Qué?! ¡Se supone que me saques de este lugar, no que me encarcelen!
—Nada de esto hubiera pasado si no hubieras violado tu arresto domiciliario. Así que lo mejor que puedes hacer es declararte culpable y cumplir una condena que intentaré negociar con el juez.
—Está bien.
—Hablo enserio, Robbie. Vuelve a meterte en problemas y no te ayudaré.
—Eso dijiste la última vez —Termino cambiando el color de mis ojos mientras lo miro, sabe que ahora es enserio; y su única reacción es la de tragar saliva para disimular su nerviosismo.
—No lo repetiré dos veces, Robbie. ¿Te quedó claro?
—Si hermano. —Responde intentando apartar la mirada de mis ojos.
—Bien —Respiro profundo y peino mi cabello con la mano —Solo declárate culpable y déjame el resto a mí.
—Está bien.
Luego de salir de la sala, tengo que esperar al llamado para ir con el juez. Que será en una hora. En ese tiempo me han llegado decenas de correos de alumnos haciéndome preguntas sobre el siguiente examen o de los libros que les di para leer.
—Quizás Beck tenga razón con respecto a esto. Quizás deba darles libros de época o de menos de un siglo de antigüedad...
—Señor Moore —Me llama un guardia para avisarme el inicio de la audiencia.
—Que comience el show... —Digo mientras me levanto de la silla.
En pocas palabras, la audiencia salió más o menos como lo había planeado. Robbie se declaró culpable y comencé una larga negociación con el juez para decidir el destino de ese "Joven busca problemas". Al final le dieron un mes de encierro y seis meses de trabajo comunitario en alguna parte de la ciudad a convenir.
—Más te vale cumplir con tu condena sin problemas, Robbie —Le digo antes de que se lo lleven.
—No puedo creer que dejes que me encierren por un mes.
—Yo tampoco. Debí dejar que el juez decidiera y te dejara el par de años que tenía pensado y...
—No, no, no, así está bien. Un mes pasa volando.
—Comportarte mocoso —Le digo dándole una palmada en la nuca antes de dejar que se lo lleven. —Iré a visitarte en algún momento. Tal vez.
—Sí, como sea. Oye, James —Volteo a mirarlo —A ver si cuando vayas a visitarme me hablas de tu amigo —Dice para luego alejarse junto con el guardia que lo escolta.
¿Qué? ¿Cómo sabe de Beck?
La verdad es que no me impresiona que sepa cosas como un psicópata. No sería sorpresa que algún día me dijera que es el líder de una mafia que está a punto de apoderarse de la ciudad o algo así. Pero supongo que me preocuparé de eso después, ahora solo quiero regresar y ver los deberes que pospuse por este engendro problemático que tengo como hermano menor.
Tengo que ser sincero. Aunque Robbie es una carie en el colmillo, supongo que no podría dejarlo a su suerte por muy molesto que sea. A pesar de todo, es mi hermano y la única familia que me queda, ya que nuestros padres murieron hace más de un siglo atrás por humanos cazadores de nosotros.
—Al fin en casa —Murmuro mientras entro al departamento sin hacer ruido alguno.
—Realmente no es como lo cuentan. —Oigo decir a Beck mientras permanece sentado en el sofá.
Por alguna interesante razón, ver a Beck me hace sonreír levemente. Es como si le diera cierta calidez al departamento. Y por alguna otra interesante razón, me gusta sorprenderlo y ver su cara de espanto. Es divertido.
—¿Realmente no es como lo cuentan qué? —Lo veo sobresaltarse, logrando mi objetivo —Tranquilo, Beck. No voy a chuparte la sangre sin que te des cuenta —Digo en tono irónico. La sangre perruna no es lo mío. —Su expresión no tiene precio. Es simple y verdaderamente agradable de ver.
—No te oí llegar —Dice luego de recobrar la compostura.
—Bueno, no suelo hacer mucho ruido en este lugar. ¿Qué tal el día? ¿Pudiste dormir algo?
—Sí, y el día estuvo bien. Bastante tranquilo, de hecho.
—Me alegro por ti, lobo... —Estoy a punto de decir otra cosa cuando el teléfono de Beck anuncia un mensaje que lo hace sonreír bastante. De seguro ha de ser una persona especial para él.
—Es mi hermano, Finn —Me dice colocándose de pie —Que tengas buena noche, James.
—Buenas noches, Iki. —Me mira algo sorprendido. —¿Qué pasa?
—Nada. Es la primera vez que me llamas por mi nombre —Sonríe amistosamente antes de caminar a su habitación —Nos vemos mañana.
—Descansa.
Verlo alejarse hasta desaparecer en su habitación me hace sentir extraño. Como si estuviera nuevamente solo en el departamento.
Definitivamente este sujeto me es bastante intrigante por su forma de ser tan amable, alegre e inocente.
Me pregunto si esconderá algo importante. Aun no me convenzo del todo de que un lobo como él pueda ser tan agradable e inofensivo.
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Simple casualidad
عاطفيةIki es un cuidador de zoológico que por cuestiones de dinero deberá mudarse a un piso compartido. James es el dueño del departamento, un elegante maestro de literatura en la universidad de Londres. Dos personalidades completamente opuestas, dos espe...