Capítulo 52

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El día de volver a Bergen llegó casi sin darme cuenta

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El día de volver a Bergen llegó casi sin darme cuenta.

Literalmente no hice nada en el hotel. Solo me senté en el sofá y esperé a que las horas avanzaran hasta que mi tiempo aquí llegara a cero.

—¿Estás listo? —Pregunta Caly mientras intenta tomar todas sus cosas.

—No cargues tanto, déjame ayudarte.

—¿A qué hora vendrá tu amigo por nosotros?

—Ya debe estar por llegar. Bajaré las cosas por mientras.

No ha dejado de llover desde ayer. Cinco minutos fuera y quedaría completamente empapado.

Joe insistió en ir a dejarnos al aeropuerto. Dijo que quería despedirse del mejor amigo que hubiera podido conocer en las circunstancias en las que nos conocimos.

—¡Ya llego! —Les doy el aviso.

Termino de subir todo mientras Caly y Finn se sientan en el interior.

Durante todo el camino hacia el aeropuerto mi vista se mantiene en el lugar que ha sido mi casa por menos de un año.

De pronto, el auto se detiene en un lugar que conozco bastante bien.

—¿Qué hacemos aquí? —Miro a Joe.

—Creí que querrías pasar antes de irte.

Miro por la ventanilla hacia la ventana del tercer piso del edificio.

—Aun tenemos tiempo para llagar al aeropuerto. —No sé qué decir —Si no lo haces quizás te arrepientas.

Esto es una mala idea. No hay nada de qué hablar. Él fue muy claro...

Aun así continúo subiendo hasta llegar a la entrada del departamento número doce.

Mi corazón late muy rápido mientras me decido si golpear o no.

—Carajo... —Doy tres golpes apenas audibles en la puerta.

Lo sabía, no debí subir.

Doy unos cuantos pasos en un inútil intento por huir. Pero apenas llego a la escalera, la puerta se abre.

—¿Iki?

Ambos nos miramos en silencio. No sé que decir.

—¿Qué haces aquí?

—Yo... solo vine a despedirme. Mi vuelo sale en unas horas.

—Entiendo. —Desvía su mirada mientras mantiene una mirada triste.

—¿Crees que podamos hablar? —Me mira sorprendido.

—Claro, pasa. —Se hace a un lado para dejarme pasar.

Parece que Robbie no ha llegado aun.

James cierra la puerta despacio mientras camino hasta apoyarme en el respaldo del sofá para luego mirarnos en silencio.

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