Capítulo 25

322 76 29
                                    

Han pasado un par de días desde el incidente con el chocolate

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Han pasado un par de días desde el incidente con el chocolate. Realmente Iki ha estado insoportable ignorándome o haciéndome la ley del hielo. Se comporta como un niño a pesar de que él mismo me pidió hacer algo. Y ni siquiera fue él quien me dijo que lo hiciera ¡fue su madre!

—¿Enserio seguirás con la ley del hielo? —Hace como si no me oyera y continúa preparando su café —Vamos Iki, ya van dos días desde eso, compórtate como un adulto —Wao, la mirada que me lanza por el rabillo del ojo es bastante intimidante. Me pregunto si estará pensando en matarme o algo así.

Está a punto de decir algo al fin cuando su teléfono lo Interrumpe. ¡Demonios!

—¿Hola? —No logro oír la conversación —Ajá, ajá —Su expresión ahora es triste —Entiendo, gracias por llamarme. Voy para allá. —Cuelga el teléfono y se queda en silencio.

—¿Todo bien?

—Es... Olvídalo —Deja todo lo que hace para ir a su habitación y salir con sus cosas del trabajo. Qué extraño, se supone que no debe trabajar hoy.

—¿Vas a trabajar? —No me responde y solo pasa de mí hasta salir del departamento —¡Ay vamos, te dije que lo siento! Lobos, son demasiado rencorosos cuando se lo proponen.

Un ruido llama mi atención. Al idiota este se le quedó su teléfono y alguien está enviando mensajes sin parar.

Joe: Date prisa, no creo que Teru aguante mucho.

Joe: Dónde estás?

Joe: Responde!

¡Demonios! ¡Este lobo es demasiado despistado! Me sorprende que siga con vida en este lugar. Quizás deba ir a dejarle el aparato.

Varios mensajes comienzan a llegar a mi teléfono sobre consultas de mis alumnos.

Se nota que no respetan el estar de "vacaciones".

—Supongo que tendré que atender a mis chicos o seguirán insistiendo.

Supongo que el lobo estará bien sin su teléfono hasta la tarde. También creo que llegará con el ánimo bajo.

—No lo culpo. Le importa mucho ese lobo.

Me paso parte del día hasta la tarde enviando correos a mis alumnos en donde explico por qué la respuesta en sus exámenes es errada y que les recuerdo que estoy de vacaciones.

Estoy por acabar con mi odisea cuando escucho la puerta de la entrada abrirse y cerrarse despacio.

—Bienvenido —Digo sin mirarlo. Noto que está parado en el umbral de la puerta de mí habitación —¿Todo en or...? ¿Iki? —Su rostro me preocupa.

—Teru murió —Balbucea —Yo... Lo intenté. Ayer se veía bien. Joe dijo que de pronto solo...

—Iki —Lo Interrumpo —Lo intentaste. Sabías las condiciones. Sabías que esto pasaría. Sabías que tarde o temprano él...

Simple casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora