11: Cats².

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¡Porque lo pidieron y porque también lo quería escribir!
¡Un poco más de las aventuras de gatitos bakudeku!
También el nacimiento de los pequeños UwU.

Disfruten. 🕴️

(...)

Izuku caminó con cuidado hacía su cama llena de mantas, su panza hinchada le pasaba un poco más lo que creyó. Aunque no se arrepentía de nada, estaba feliz, ¡Iba a tener sus gatitos con un gato al que quería de verdad!

Katsuki también los quería bastante, incluso le robaba a su dueña comida y se la traía para que siempre tuviera su barriga llena y sus cachorritos también.
Era un buen padre, cada vez que miraba que Shouto se iba entraba de inmediato y se quedaba a su lado lamiendo su panza.

Algo que le gustaba hacer era eso.
Cuando al fin la gatita verde pudo llegar a su cómodo nido se dejó caer en el, sintió como los pequeños en su vientre se movían levemente y no pudo evitar ronronear mientras lamía su pancita.

Izuku se quedó allí, dejando que el sueño la envolviera y la llevara a su país. Durmió bien por un par de horas, y solo se despertó cuando sintió que alguien lamía su nariz, al abrir los ojos dio con el gato de pelaje rubio. Estaba allí al frente suyo, mirándole tranquilo y esperando pacientemente a que se despertara por completo.

—Kacchan. —dijo la gata verdosa, lamió el rostro del rubio y pegó su nariz con la suya—. ¿Cómo llegaste sin que mi humano se diera cuenta?

—El humano con el cabello de dos colores salió hace poco, así que aproveché la oportunidad para venir a verte. —la cola de Katsuki se movió feliz detrás suyo, no había nada mejor que ver el amor de sus nueve vidas cargando a sus hijos—. Por cierto, te traje el queso que dijiste que quería comer.

Katsuki tomó el trozo de queso que había "pedido prestado" para su pareja, lo colocó al frente de la gatita e Izuku no pudo evitar sentir muy feliz. Su Kacchan siempre le buscaba las cosas que ella decía que quería probar o volver a comer.

—¡Oh Gracias, Kacchan! —Izuku comió su queso con gusto, terminó lamiendo sus patitas cuando acabó, después se levantó y tomó el rostro del gato rubio entre sus patas para lamerlo a él también.

El rubio solo se dejó hacer con gusto, y después de una sección de lamidas, ambos salieron de cajón en el que Izuku tenía su cama o nido, lleno de mantas.
Pero toda tranquilidad y felicidad se fue cuando dieron vuelta en un pasillo, ambos gatos se congelaron ante la figura que también apareció de la nada.

—Izuku, que… —Shouto se quedó un momento congelado, miró a su pequeño tesoro y después miró al intruso que estaba al lado de la luz de su vida. Se dio cuenta de las colas entrelazadas y el bicolor miró todo rojo—. ¡Tú! ¡Animal ponsoñoso y rastrero! 

—Ay no… —maulló la felina, pocos segundos después, un iracundo Shouto corría por todo su apartamento persiguiendo al gato que, según él, había profanado a su bella criatura.

—¡Ven aquí, cuando te ponga las manos encima…! —Shouto trataba de atrapar al animal rastrero que se montaba por sus muebles y le hacía tumbar sus cosas.

Izuku estaba asustada y maullaba con fuerza tratando de llamar la atención de su humano, no quería que lastimara al padre de sus bebés. Tenía miedo de que los pequeños no pudieran conocer a su progenitor.

Aunque la garita verde no podía hacer mucho con su gran panza, no era veloz y los otros dos parecían muy ocupados como para ponerle atención. Katsuki esquivaba ágilmente al bicolor y este solo se enfurecia más por ello.

La gata verdosa no vio un cojín volar hacia ella hasta que le pegó sacándole un chillido asustado y fuerte. Eso hizo que los que estaban correteando se detuvieran, justo en el momento en que Shouto había logrado alcanzar al rubio.

Aventuras Katsudeku. (One shorts+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora