Capítulo 1: Monticello

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- Oye, ¿estai ocupá? - fue lo primero que dijo la Caro apenas le contesté el teléfono. ¿Esta mina no sabe saludar?

- Eh, no - mastiqué rápido - ¿por qué?

- Es que tengo entradas para un evento en el Monticello, ¿queri ir conmigo?

- Yapo - ahora yo soy la que dice que sí antes de saber a qué va.

- Es un show de un humorista, a las 8, ¿te alcanzai a arreglar?

Bajé la mirada para echarme un vistazo a mí misma, todavía con el completo en la mano.

- Sí, sí. Si me tengo que cambiar zapatos nomás y estoy lista - mentí.

- Ya, nos juntamos allá.

La verdad era que yo me estaba mandando un completo de 25 centímetros en una fuente de soda en el centro. Me tomé al seco lo que me quedaba en el vaso, dejé la plata en el mostrador y corrí al baño. Me sacudí las migas y me hice una trenza finita pegada a un costado de la cabeza para verme un poquito más ordenada. Andaba con un vestido de tiritas azul con flores chiquititas blancas, y unas zapatillas blancas también. Pasaba piola.

La Caro era mi prima. A veces se las daba de cantante, siempre se intentaba meter a concursos para salir en la tele. Primero fue a uno de imitadores, después a Master Chef, y así. De vez en cuando le mandaban invitaciones medias VIP como en este caso.

Estaba cerca del terminal de donde salían los buses de acercamiento para el casino así que corrí nomás las 8 cuadras. Casi se me va el bus, le hice señas con la mano para que me esperara en la esquina.

- ¿Se vino corriendo, señorita? - me preguntó el auxiliar a modo de broma cuando le mostré mi pasaje.

- No - intenté recuperar el aliento - es que yo respiro así.

Weon pesado.

Me dejé caer en un asiento desocupado y le escribí a la Caro para avisarle que ya iba en camino.

...

- ¿Weona, donde estai? – exclamó al otro lado del teléfono.

- Te dije que voy llegando – le respondí media estresada entre buscar mi carnet e intentar que no se me cayera el teléfono por estar corriendo hacia la entrada, más encima había fila.

- Emilia, estai ultra atrasá – me retó – la wea empieza a las 8 y son... son las 8.10

- Bueno, Kramer nos tendrá que esperar nomás po – intenté buscarle el lado positivo a la situación – piensa que le estamos dando más tiempo al telonero para que muestre su talento, somos buenas personas.

"Las weas que se me ocurren para justificarme", me reí.

- Te espero al frente del Starbucks – sentenció y cortó.

...

- ¿Viste? – dije satisfecha cuando llegamos a nuestros asientos – el show todavía no empieza, te dije que Kramer nos iba a esperar.

- Se me olvidó decirte, las entradas no eran pa Kramer - ¿khé?, debo haber puesto una cara de confundida porque me cambió el tema altiro – oye, teni palta ahí – señaló con el dedo.

- Mentira, ¿a dónde? - me negué estirando la falda del vestido. Chucha, era verdad, ahí estaba la mancha – Ya, de ahí voy al baño.

El lugar era bacán, estaba lleno de alfombras, candelabros, luces... El show estaba fome sí, era un desfile de modas de una diseñadora que no cachaba, habían puras minas flacuchentas usando ropa que yo no me pondría en la vida, era demasiado extravagante incluso para mí.

A la mitad del desfile habían hecho un receso y nos hicieron pasar a un salón donde tenía lugar el cóctel. Yo no quise comer nada, en parte porque todavía tenía el completo en la guata, y también porque habían puras cuestiones extrañas para comer. Intenté probar un canapé con una wea verde encima pero no me gustó, lo boté piolita por debajo de la mesa.

Llegué al baño, salpiqué un poco de agua por encima de la mancha y la refregué con papel absorbente hasta que se quitó. En mi camino de vuelta me perdí, habían cambiado los colores y el ritmo de las luces, entonces ya no tenía las mismas referencias para orientarme.

Caminé sin rumbo un rato, a alguna parte tendría que llegar, por último al estacionamiento. Cuando por fin encontré la entrada del salón la gente ya se había dispersado un poco para volver a sentarse. Todavía no estaban todos los lugares ocupados, así que podías reconocer algunos rostros famosos. Un par de asientos más adelante, en la fila de al lado, uno me llamó la atención.

- Weona - le susurré a mi prima - ¿ese es Sierralta?

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Hola!

Este fanfic no me dejaba dormir, tenía tantas ganas de subirlo! Lo escribí al día siguiente del tremendo partido que hizo Sierralta (16/nov) porque dije "ya, se lo merece",  ¿Vieron su carita? Estaba hecho bolsa y se quedó hasta el final por la camiseta. Es como un vikingo <3

Ojalá que les haya gustado el primer capítulo de esta nueva historia! Tal como les adelanté antes, tiene una temática, una protagonista muy diferente a las otras dos, así que denle la oportunidad :)

¿Cuántas fans del rucio por aqui?

Suéltate (Francisco Sierralta y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora