Capítulo 17: Ándate a la chucha

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Le escribí a la Caro que la fiesta se había alargado hasta la noche y que me iba a ir de madrugada a mi casa para que no me esperara. Obvio que era mentira, pero no tenía ganas de darle explicaciones de por qué me había venido temprano.

Llegué a mi casa a eso de las 8, me saqué la ropa con rabia y me metí a la ducha. Hacía calor y había llegado toda sopeada porque la faja me hacía transpirar mucho. No quise tomar once, sino que me puse pijama y me acosté, pensé que si me quedaba dormida altiro me podía olvidar un rato de lo que pasó.

Claramente no fue así.

Me daba vueltas en la cama intentando conciliar el sueño pero no podía. Apoyaba la cabeza en la almohada y pensaba en que el Francisco y la Paula debían estar en su luna de miel prácticamente, más enamorados que nunca. Me giraba al otro lado y comenzaba a arrepentirme de mis decisiones.

Nunca lo había asumido antes, pero me arrepiento de no haberme quedado en el colegio donde estudió la Caro. Siento que el hecho de no haber egresado de ahí me cerró muchas puertas: si bien mis compañeros de curso hubieran sido insoportables, yo a estas alturas sabría esquiar, me habría ido de gira de estudio al extranjero, mi gala de cuarto medio hubiese sido bonita, con un coctel pituco y todas usando vestidos largos como de princesa. Si hubiera estudiado en un colegio cuico no me daría vergüenza ahora tener que decir de dónde egresé, los amigos del rucio no se reirían de mí y tendríamos círculos sociales en común.

"Te tocó asumir nomás po, Emi", me resigné, "te diste cuenta un poco tarde".

Dos de la mañana y todavía no lograba aquietar mi mente. Estaba cagada de sueño, quería puro dormir y ya no para evadirme sino porque de verdad mi cuerpo estaba cansado. De la pena pasé a la rabia y de la rabia a la impotencia.

Me conozco, sé que soy súper buena para pasarme rollos y darle vueltas y vueltas a un tema, pero ya no quería pensar más en el Francisco aunque sea por esta noche.

Pensé en apagar mi teléfono. Sabía que tarde o temprano me iba a tentar de meterme a Instagram a revisar si es que la polola del rucio había subido algo. Lo más probable es que así fuera y yo me iba a deprimir más, no había para qué torturarse entonces.

Estiré el brazo para alcanzar mi celular que estaba en el velador pero me detuve a medio camino: "Puta la wea, mañana trabajo y necesito que suene la alarma". Ya era tarde, mi familia estaba raja, no tenía a nadie para pedirle que me despertara.

Ya filo, autocontrol nomás como me dijo la nutri.

No, mentira. Yo no tenía de eso así que mejor me dije a mí misma que si revisaba alguna historia de Instagram de cualquiera de los dos me iba a obligar a hacer toda la rutina de abs de la profe de pilates. Yo podía no tener autocontrol pero flojera sí, y esperé toda mi vida a que me sirviera de algo.

Volví a dejar el teléfono donde estaba. Empecé a asimilar que esta noche no iba a dormir nada, porque ya pasaban de las 3, no estaba ni cerca de quedarme dormida luego y mañana mi alarma sonaba a las 7 porque a las 9 tenía que estar en el trabajo. Pasé los brazos por detrás de mi cabeza y me obligué a contar las tablas del techo para erradicar cualquier pensamiento que tuviera que ver con el Francisco, la Paula, o cualquier otra cosa.

Mi teléfono sonó haciendo que perdiera la cuenta. ¿Quién chucha me escribe a las 4 de la mañana?

Francisco Sierralta, no podía ser otro weon.

Emi, hablemos.

Emi, porfa, déjame explicarte.

Yo nunca quise dejarte sola, cuando sepas la verdad me vas a entender.

Lo dejé en visto y di vuelta el teléfono para que el brillo de la pantalla quedara hacia abajo.

Como no le respondía los mensajes, insistió con una llamada. Y otra. Y una tercera.

Emilia, ya, entiendo que no quieras hablar conmigo, pero por favor avísame si llegaste bien a tu casa.

La Clo me contó que te fuiste temprano, ¿te hicieron algo?

Ya po Emi, estoy preocupado.

"Ahora estai preocupado, te creo caleta fíjate", susurré con sarcasmo. No le respondí nada.

No dijo nada más durante un rato, pensé que había captado el mensaje, pero a la media hora volvió a insistir.

Emi, necesito hablar contigo.

¿Nos podemos juntar, porfa?

Dime dónde estás y te paso a buscar, es algo importante.

Ah no, este está weon si pretende que me voy a levantar a las 4 y media de la mañana porque se le ocurre después de la cagá que se mandó.

Respóndeme porfa.

No weon.
Ándate a la chucha.

Emi, terminé con la Paula.

Me siento mal.

Eres la única con la que puedo hablar.

Emi, porfa, necesito hablar contigo.

Pucha, mi orgullo se estaba empezando a ablandar. Yo estaba súper enojada con el Francisco por hacerme ir a una fiesta donde me humillaron y más encima me dejó sola, pero no tengo certeza de que él lo haya querido así. No sé por qué no vino, a lo mejor no fue como lo contó la Clo y no estaba en un viaje romántico con la Paula, o al menos no voluntariamente.

El rucio se estaba sintiendo mal, me estaba mostrando su lado vulnerable. Escondí la cabeza en la almohada intentando decidir a quién iba a hacerle caso: una parte de mí decía "weona, te está usando, no caigas en eso", y la otra me decía que Sierralta lo estaba pasando pésimo y necesitaba de alguien que lo fuera a consolar. Leí su último mensaje, el que definiría todo.

Emilia, te necesito a ti.

Eso me mató.

Le escribí con una mano mientras que con la otra me ponía un pantalón de buzo encima del pijama.

Dime dónde nos juntamos.

Me estoy vistiendo. 

Me puse el sostén a la rápida y me cambié la polera del pijama por una manga larga que iba a usar para la excursión de más tarde. No sabía hasta qué hora iba a estar con el Francisco, en una de esas me tenía que ir directo a la pega.

Mándame tu ubicación. Te paso a buscar.

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La Emilia tiene su perso y es súper orgullosa, ojalá les haya gustado el detalle de que ella lo mandó a la chucha. 

En mis otros fics varias me comentaban que si fueran ellas no perdonarían al weon altiro porque son orgullosas, aquí tienen una protagonista que no cede tan fácil :D

Al final la Emi se ablanda porque al Francisco le está pasando algo, ¿qué mierda ocurrió en ese paseo con la Paula?

Abran sus apuestas:)

Update: Escribo esto el 8 de febrero en la noche, un par de horas antes de subirles el capítulo. Es que en serio estoy demasiado emocionada por haber alcanzado los 50 seguidores.
A lo mejor les puede parecer poquito, pero siento que hemos formado una comunidad tan bonita! Cuando comencé pensé que las cosas que escribía no le iban a interesar a nadie, y día a día me encuentro con comentarios de ustedes contándome que les gustan mis fics, que se rieron con el capítulo de hoy, que se emocionaron porque han vivido algo parecido y sienten que eso les ayuda... Es que no tengo palabras, muchas gracias por el apoyo, a ti que me sigues desde el día uno con el primer capítulo de Pulgarcita, y a ti que a lo mejor me estás conociendo recién y quisiste quedarte <3
Entonces, ¿cómo lo vamos a celebrar?

Suéltate (Francisco Sierralta y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora