» D O S « /Clara

525 39 1
                                    

El Beso Robado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El Beso Robado

...

La música está devorando mi audición, pero el alto volumen es de mi agrado; es justo lo que busco: ambiente distendido alejándome de la tediosa realidad. Corcoveando ya se hallan mis sentidos entrecruzados por el ritmo pegajoso, entonces ya estoy moviendo el cuerpo y me dirijo a la pista tirando de Ruby. Nuestro amigo avisa, elevando la voz para poder ser escuchado, que estará en la barra. No hay tiempo que perder, le asentimos al mismo tiempo.

—¡Ahora te alcanzamos! —exclama Ruby, ansiosa por batir las caderas, la sacudida nos llama, el baile sonoro que aorilla a muchos a pasarla bien. Hay que disfrutar la noche que apenas inicia, supongo que busco olvidarme de lo que me espera. Puede que no sea tan malo como imagino o resulte peor de lo que ya pienso.

—Mira a ese chico, iré por ahí —deja saber a mi oído. Antes de que pueda emitir algo, ya se ha ido. Pestañeo en la sorpresa, vaya, y yo pensé que no iría en plan de conquista.

Ella en el filrteo y yo aquí bailando, la canción se termina y me voy dónde Jarek. El barman le está entregando su bebida, antes de que pueda tomarla me apresuro a coger la copa y le robo un pequeño sorbito. Es martini, refresca mi garganta. Se la devuelvo tomando a su par asiento, le sonrío con inocencia y él niega divertido.

—¿Quieres una? Yo pago todo esta noche —comenta, no voy a declinar su invitación, me apetece unas cuántas copas.

—¿Por qué no? Gracias.

Le hace señas al muchacho, un apuesto rubio que bien pudiera estar en una pasarela y no detrás de una barra. En fin, es guapo y sus ojos de un color hechizante, son de un color grisáceo y verde con demasía cautivando. Me obligo a dejar de verlo de forma directa, sin disimulo. Soy una descarada.

Él hace lo suyo, veo a Jarek.

—Y bien, ¿a dónde irás a vivir? —reanuda el tema del que quiero aislarme, pero devuelta lo ha traído y debo darle la continuidad que busca.

Sin embargo, no quiero explicarle que con un chico compartiré un piso, hasta de solo pensarlo es extraño, y soltarlo una vergüenza. No soy de mucho pudor, pero esto ya es demasiado, ni siquiera conozco a mi futuro compañero de piso. ¡Que horror!

—Ya está resuelto, y no quiero hablar del tema, hemos venido a divertirnos no a sacar a colación temas tontos.

—Bueno, no creí que fuera cosa irrelevante para ti, y si realmente tienes adónde ir, me alegro por ti, pero si no, sabes que puedo ayudarte. —añade, tan bondadoso, el problema es que vive con sus padres, ni loca iría a esa casa de millonarios.

El Chico Delle Fragilità © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora