«T R E I N T A Y S E I S» /Clara

254 27 1
                                    

Armonía Perfecta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Armonía Perfecta

...

—Entiendo, yo sé perfectamente que es lo mejor, Niccolò. Gracias por todo —la escucho decir, han estado cerca de cinco minutos hablando, por fin decido aparecerme para desayunar, o se me hará tarde.

Sus ojos me calcinan, es una mirada profunda a la que no temo. Se la devuelvo con la misma fuerza. Saludo a Nic, y con desdén a la italiana.

—Seré rápida, no quiero llegar tarde a la uni.

—Deja que te lleve, Clara.

Giulia se levanta del taburete.

—Bueno, iré por mis cosas, con permiso —se retira, nos deja a solas.

—Está bien, voy por el cuadro, debo llevarlo hoy.

—Deja que te ayude con eso, ¿de acuerdo? Y come un poco.

Se lo permito.

Asiento.

Al rato, ya todo está listo para salir; Giulia rechaza que Nic la lleve hasta el hotel. Decidiendo al final coger un taxi y marcharse de ahí. De camino a la uni, me llama Ruby. Explica que está empacando sus cosas. Ha tomado la radical decisión de dejar el país. Todo esto me conmociona, no sé qué decir, ¿por qué se avienta de esa forma a un giro así?

—¿Estás segura de lo que haces?

—Sí, una prima me acogerá en su apartamento, a mi hijo y a mí no nos hará falta nada, no necesito que Michael esté allí. No seguirá jugando conmigo, es un idiota.

—Es que no se vale que esté diciendo algo y a los segundos cambie de parecer. Olvídate de ese tipo, sigue con tu vida. Y si crees que es necesario recomenzar en otra parte, entonces hazlo, es solo que te echaré de menos y esto me duele, Ruby —susurro con lágrimas en los ojos.

—Podemos estar en comunicación, pero sí es necesario que haga esto, es lo mejor para mí.

—¿Y tus padres?

—Ellos no lo saben, tampoco les interesa lo que haga con mi vida. Me iré, Clara. Mi vuelo sale en dos horas.

—¿Qué?

El semáforo se pone en rojo, Nic detiene el auto. Me ve con preocupación, hago un ademán para que se quede tranquilo.

—Sí, siento no decirte antes. Sabes que odio las despedidas. No vengas, por favor, aunque sé que vas a la universidad. No quiero un último abrazo, nada, además no será así, podremos vernos después —expresa entre sollozos.

Al instante me contagio.

Nic ya tiene idea de lo que ocurre y acaricia mi hombro.

—Te quiero mucho, a ti, y a ese pequeño que esperas. Mantenme al tanto de lo que pasa, estaré siempre para ti, ¿de acuerdo?

El Chico Delle Fragilità © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora