Tequila en Versos

Bienvenido a su infierno

Cuentan que cuándo el diablo entró en su habitación estaba listo para llevarse su alma, pero lo que se encontró frente a él escapa de toda lógica y se parecía más a uno d los 9 círculos infernales de Dante. Ella, con un cigarro en la boca y chorreando delineador negro se levantó la falda dejando las piernas al descubierto, sonriéndole, tan sádica, de oreja a oreja. El demonio quedó paralizado, y ¡cómo no hacerlo!?, por primera vez la presa no salió corriendo, lo miró y con el suspiro más sensual se escuchó: ven, tengo frío,  y unas putas ganas de probar el infierno. Y el diablo no supo que hacer con tanto fuego hecho mujer, con tantos pecados esperando castigo, con esa alma clamando perdición, y salió espantado, llorando por primera vez en su triste vida, intimidado por un espectro libre, una diosa enloquecida con un alma tan salvaje que haría temblar al mismo Dios. Antes de salir por la ventana volteó la cabeza y la miró por unos segundos: la risa sádica seguía en esos labios tan sensualmente abominables con olor a maquillaje fresco.