La otra versión

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El lobo se cansó de que le dijeran siempre malo, de que corran al ver sus garras y no se detengan a hablarle dos segundos, sobre todo los corderos, en ocasiones ellos pueden ser los más despiadados, el lobo se cansó de ser el malo cuando en su corazón quería cambiar.
"No todos creen eso" dijo un ermitaño en la entrada de su cueva y repitió las parábolas de San Framcisco. El anciano se detuvo y vió como los feroces ojos de la bestia poco a poco se iban llenando de lágrimas, ¿dónde está ese santo?, preguntó: en el cielo.
Y tú, ¿cuándo te mueras irás al cielo?, preguntó el lobo conmovido ante la figura escuálida que lo miraba con amor por primera vez en toda su vida, "sí, allí es dónde los mártires y santos van "
Y si, el lobo quería cambiar pero al ver lo que se sentía la compasión por primera vez en su vida pensó en otro antes que en él, recordó sus garras y sus colmillos y decidió darle por fin un buen uso: de un bocado se tragó al pobre anciano y luego miro feliz hacia el cielo pensando que él estaba allá arriba.

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