Nunca me había levantado a las dos de la tarde por haber fiestado el día anterior. Me sorprendió tanto que mi madre no me hubiese levantado, aunque quizás lo dejó pasar por ser domingo y porque seguro Mike le dijo a la hora que llegué. Cerré los ojos y exhalé fuertemente, puse ambas manos en mi cara y me senté recostándome en la cabecera. Giré la cabeza hacía la izquierda para ver a Harry, estaba ahí dormido profundamente con la boca abierta roncando. Me pareció chistoso así que cogí una almohada y se la tiré con fuerza.
– ¡Au! –exclamó sobándose la cara–. Eres un idiota infantil Klein. –Solo carcajeé fuertemente. Él cogió la almohada y me la lanzó.
– Después dices que soy yo el infantil –dije riéndome.
Bajamos a la cocina por algo de comer. Mónica estaba sentada en una de las sillas que rodeaban la barra.
– Hola –la saludé.
– Hola joven Christopher –me devolvió el saludo.
– Mónica –la saludo Harry amablemente. Ella le sonrió. Harry se sentó al lado de Mónica y yo en la barra.
– ¿Dónde está mi madre? –Le pregunté a Mónica.
– Está en el jardín trabajando –respondió ella.
– ¿Qué vamos a comer? –Inquirió Harry.
– Hay jugo de fresa y si quieren les preparo unos sándwiches –habló Mónica. Ambos asentimos y esperamos que preparara todo.
Quince minutos después ya nos habíamos comido todo. Le agradecimos a Mónica y nos levantamos para ir al jardín. Íbamos caminando hacía mi madre cuando Harry se cayó y no pude contener la risa.
– Hasta que por fin despertaron los bellos durmientes –río mi madre al ver a Harry en el suelo. Yo solo pude reírme más. Pasaron unos segundos más hasta que lo ayudé a ponerse de pie.
– Hola ma –le di un beso en la cabeza.
– Hola Amber –dijo Harry haciendo énfasis en el nombre de mi madre. Mi madre le tiró una mirada asesina. Desde que Harry se había vuelto mi amigo llamaba por su nombre a mi madre solo para que ella se enojara ya que no le gustaba que mis amigos la llamaran así– usted empezó primero al reírse de mí.
– No pude contenerme –se defendió ella. Nos sentamos en las tumbonas que había disponibles.
– ¿Estás trabajando? –Ella asintió–. Mamá es domingo. Ni los domingos puedes descansar –resoplé rodando los ojos.
– Estoy llenando un formulario para un paciente que necesita un trasplante de riñón urgentemente cariño –afirmó ella–. Necesitamos hacer esto rápidamente sino el paciente se muere y nosotros no queremos. Llevábamos dos años haciéndole quimios y no han funcionado. –Prosiguió–. Además, tu tío también me está ayudando. Él hoy está recorriendo algunos hospitales del país para ver si hay algún donante.
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Amor de aeropuerto ¿Destino o casualidad? (Biología Amor #1) +18
Teen FictionMarena, es una chica de diecisiete años y prácticamente toda su vida ha pasado viajando de ciudad en ciudad junto a sus padres y su hermano gemelo. Ella nunca ha tenido amigos, no se ha enamorado, no ha probado el alcohol y mucho menos a asistido a...