Capítulo 24 - Un imbécil + una buena paliza = la mayor satisfacción.

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La fiesta estaba brutal

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La fiesta estaba brutal. Debía admitir que Gael había preparado una buena fiesta. Había bebidas de toda clase y comida. El dj estaba genial y tocaba buena música. El alcohol recorría mis venas. Después de haberle pedido a Mar que fuera mi novia estaba feliz y todos mis amigos lo estaban porque sabían lo que había sufrido y después de todo volvía a ser feliz. Estábamos sentados en una mesa tomando tequila, Emma y Nain volvieron felices y se sentaron.

– ¿Dónde está mi hermana? –Preguntó Nain.

– En el baño –respondió Lana.

– Exacto, aunque se fue hace cuarenta minutos y no ha dado señales de vida –quiso bromear Harry. Todos nos levantamos de la mesa en busca de mi novia –mi novia, que bonito sonaba eso–. Preguntamos por ella y fuimos a todos los lugares del primer piso de la casa y nada. Nadie sabía de ella ni la habían visto. Estábamos desesperados porque no daba señales por ningún lado y era algo raro.

– MAR ¿DÓNDE ESTÁS? ¿HERMANA? RESPONDE POR FAVOR –grito Nain casi llorando. Solo faltaba ir al segundo piso.

– ¡MAR! AMOR ¿DÓNDE ESTÁS? RESPÓNDEME –dije. Estaba por perder la paciencia.

– ¿Han visto a Marena? –Preguntó Michel a una pareja que pasaba por nuestro lado. Ambos pensaron y asintieron.

– Está allá arriba con un chico –habló la chica. Esperen ¿un chico? Eso no podía ser cierto. Me estaba volviendo loco la verdad.

– ¡Hey! Tú, déjala imbécil. Aléjate de mi hermana o te mato –habló Nain.

– Jackson, déjala –espeté.

– DÉJALA –gritó Nain empujando a Jackson–. Geme ya llegué. Discúlpame por demorar mucho, hermanita –empezó a llorar al pasar sus dedos por los moretones de que tenía Mar en sus mejillas–. Hermanita lo siento, despierta por favor.

– Hermano, me duele –susurró ella.

– Chocolatico blanco –dije y ella sonrió un poco. Pasé mis manos por sus mejillas–. LO VOY A MATAR –grité. Me levanté y me abalancé sobre el estúpido de Jackson. Tenía rabia y así que empecé a golpearlo sin importarme como lo iba a dejar y el muy imbécil no se defendía.

– ¡NOO! DÉJALO CHRIS –me ordenó Emma.

– ¿Qué lo deje? –Chilló Maggie–. No estás viendo cómo le pegó a Mar y que si no llegamos a tiempo le hubiera hecho algo peor –pude ver por el rabillo del ojo a Nain sentándose en el piso y cargando a Mar y acomodándola en su regazo. La sangre me hervía de solo pensar en lo que Jackson estuvo a punto de hacerle a mi novia y gracias a Dios llegamos a tiempo.

– Christopher déjalo ya. Lo vas a matar –dijo Harry, su voz sonaba desesperado.

– Chris déjalo, no vale la pena. Ven aquí por favor –escuché a Mar, la miré y asentí. Me acerqué a ella sigilosamente y me arrodillé frente a ella, me regaló una sonrisa y le di un corto beso en los labios.

Amor de aeropuerto ¿Destino o casualidad? (Biología Amor #1) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora