Marena, es una chica de diecisiete años y prácticamente toda su vida ha pasado viajando de ciudad en ciudad junto a sus padres y su hermano gemelo. Ella nunca ha tenido amigos, no se ha enamorado, no ha probado el alcohol y mucho menos a asistido a...
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Por un segundo pensé que Mar no quería salir conmigo al ver que me había dejado en visto. Estaba asustado debo admitirlo, pero al ver sus mensajes me tranquilicé.
– ¿Saldrás con Marena? –Chilló Lana en el asiento del copiloto de mi auto. Íbamos en camino a casa de Lorenzo a pasar un rato con los demás.
– Si Nana, pero no grites que no estoy sordo y vas a mi lado –dije.
– Ok. Lo siento, es que me emocioné. Te estabas demorando Topher –sonrió–. ¿A dónde la vas a llevar?
– No sé. No tengo ni idea ¿conoces algún lugar?
– Espera y busco en el chat que tengo con las chicas unas fotos que envió Michel de un lugar nuevo que está al sur de la ciudad. Pueden ir ahí.
– Si es bonito sí, porque no quiero ir para allá a perder el tiempo.
– ¿Tú crees que Michel es la chica que va a un lugar feo? –Afirmó cruzándose de brazos y arqueando la ceja izquierda.
– Bueno, sí, en eso si tienes razón.
Mientras Lana revisaba el chat, yo encendí la radio para escuchar música. Lana no encontró la foto así que decidimos esperar a llegar a la casa de Lorenzo para preguntarle a Michel. Le subí todo el volumen a la radio y canturreamos todas las canciones que salían a todo pulmón por el camino. Después de cinco canciones llegamos a la casa de Lorenzo. Parqueé el auto en una de las plazas vacías y fuimos directo a la puerta.
– Lolo –saludó Lana a Lorenzo.
– Nana –él la abrazó.
– Lolo –no dejé que respondiera así que entré a la casa y fui directamente al patio.
Todos estaban sentados en las tumbonas bebiendo cerveza. Lana y yo nos acércanos y saludamos a todos. Lorenzo fue por una cerveza para Lana.
Harry y Lorenzo empezaron a contarnos sobre los entrenamientos del equipo de fútbol americano que empiezan el martes. Yo al igual que ellos también estaba por empezar mis entrenamientos, solo que a mí me quedaban dos semanas para empezar los entrenamientos.
– ¿Qué haremos hoy? ¿cuál es el plan? –Habló Paul sacándome de mis pensamientos.
– Vamos al cine o a McDonald's –sugirió Maggie.
– Ay no bebé, vamos mejor a Nocturna –le dijo Harry.
– No, ayer bebimos y hoy podemos hacer algo tranquilo ¿cierto? –Michel sonrió dándole la razón a Maggie.
– ¿Qué opinas tú Klein? –Me preguntó Paul.
– Bueno la verdad yo...
– Él no puedo hoy así que no le pidas su opinión –me interrumpió Lana con una sonrisita.
