Marena, es una chica de diecisiete años y prácticamente toda su vida ha pasado viajando de ciudad en ciudad junto a sus padres y su hermano gemelo. Ella nunca ha tenido amigos, no se ha enamorado, no ha probado el alcohol y mucho menos a asistido a...
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Después de que Mar me pidiera que no la volviera a buscar decidí que no lo haría. Siempre que me ponía a pensar y caía en la misma conclusión: le daría tiempo a Mar para que se recuperara y pedirle para que me perdonara y que lo volviéramos a intentar. Decidí darle el tiempo necesario, pero después de eso lucharía por ella como diera lugar.
Los días habían empezado a pasar volando. Las clases se habían acabado y ya la nieve empezaba a caer en la ciudad invadiendo las calles. La navidad estaba a la vuelta de la esquina y eso me ponía triste, había planeado con los chicos irnos a casa de campo que tiene mi padre a las afueras de la ciudad para pasar ese día junto con las chicas y todo eso se había ido a la basura al igual que mi vida. No puedo decir que me siento bien porque sería mentirme a mí mismo. Cada día al despertar la realidad me da una bofeteada y caigo en el mismo abismo. Nada ha resultado fácil, he dejado de salir con los chicos, no he ido mucho a McDonald's y gracias a que mi madre está metida en el trabajo no se ha dado cuenta de mi desgracia. Quien me escuche pensará que tengo alguna enfermedad terminal.
Como mi madre tenía turno el día de navidad decidí que ese día me quedaría encerrado en mi habitación sin nada que hacer. Apagaría el celular para que los chicos no me buscaran y lo bueno de ese día es que todos estarían con sus familias en la cena familiar que siempre hacen y yo mientras estaré en la comodidad de mi cama comiendo pizza hasta el cansancio.
– No te quedaras encerrado en tu habitación y desde ahora te lo digo, así sea que me toque dormirte porque de que sales de estás cuatro putas paredes sales. Ya me tienes aburrido con la misma pendejada. ¿Estás sufriendo? Si, eso lo entendemos, pero no puedes ahora dejarte morir por eso; tienes que asumir tu responsabilidad con los pantalones bien puestos no quedándote encerrado porque ya nosotros no aguantamos verte así. Mírate, pareces alguien que está a punto de morir. Sabemos que es duro, pero tienes que afrontarlo y, además, Marena te dijo que no regresaras a su casa no a su vida, decidiste darle un tiempo y eso es magnífico. Ahora tú, si quieres volver a tenerla debes salir del agujero en el que estás y ser el mismo de antes y luchar por ella sin atosigarla para que ella vea que estás arrepentido de verdad –me regañó mi mejor amigo.
Creo que el plan que había ideado también se fue a la basura.
– Vaya, me has dejado sin palabras –afirmó Lorenzo.
– Lo que dijo Lorenzo por dos –dijo Paul.
– Es imposible que salga de casa ese día –hablé por primera vez–, ustedes estarán en sus cenas familiares y después saldrán con las chicas y yo no estaré ahí viendo cómo se pasan saliva mientras se besan porque para eso mejor me pongo a ver una película.
– Joder, eres imposible Christopher –se quejó Harry.
– Nosotros decidimos que ese día después de la cena quedaremos para estar contigo, para que no estés solo y las chicas estarán en casa de Mar pasando el día con ellas. Por eso no debes preocuparte de nada, todo lo tenemos planeado desde hace una semana y así ninguno de los dos estará solo –intervino Paul.
