Las clases estaban interesantes. Me gustaba mucho como los profesores se esmeraban para explicar detalladamente cada tema. Poco a poco me iba gustando mi nueva vida en este lugar.
Me sentía ni una boba al intentar buscar a Christopher mientras el decidía ignorarme. No podía creer que me afectara tanto su lejanía ¿realmente me gustaba? ¿estaba enamorándome de él sinceramente? ¿o era porque me había acostumbrado a tenerlo cerca en el tiempo que llevábamos conociéndonos? Dejé de preguntarme tantas cosas y fui en busca de Christopher para devolverle la chaqueta. Caminé a la cafetería porque lo había visto caminar hacia allá con Harry. Lo visualicé antes de entrar al lugar. Lo agarré del brazo para que no entrara. Le entregué la chaqueta y le agradecí. No sé por qué, pero me sentí ni una estúpida al preguntarle si había hecho algo malo para que actuara así conmigo a lo que él había respondido que solo tuvo un mal día. Después de su confesión le resté importancia a lo de la mañana y accedí ir a la cafetería con él. Nos sentamos con sus amigos quienes estaban con sus novias y mi hermano.
Esperé que pasaran unos minutos y me levanté para buscar en la barra algo de comer, estaba hambrienta. Opté por dos sándwiches de pollo y jugo de naranja. El resto de la hora del almuerzo la pasamos hablando de trivialidades. Salimos todos de la cafetería directamente al laboratorio, tenía clase de química en el laboratorio.
Toda la tarde la pasé en la playa practicando surf. Estaba tan emocionada porque solo faltaban tres semanas para que me avisaran dónde sería la competencia. Surfeé durante tres horas seguidas sin parar. Había ido sola porque Nain salió con mi padre a su despacho para arreglar los últimos detalles para el fin de semana que era la apertura del bufete. Salí del agua, dejé la tabla en la arena y me tiré boca arriba en la toalla para tomar el sol un rato. No sé cuántos segundos habían pasado cuando una persona se puso a mis pies tapándome del sol. Yo fruncí el ceño sin abrir los ojos. Me senté y fruncí aún más el ceño cuando vi la persona parada frente a mí.
– Hola preciosa –me saludó el muy imbécil con una sonrisa maliciosa.
– Hola –gruñí.
– Que hermosa estás.
– ¿Eh? –Arqueé la ceja izquierda. Este idiota estaba colmándome la paciencia–. ¿Qué quieres?
– Que agresiva estás cariño. Solo estaba paseando por aquí y cuando te vi me acerqué para saludarte.
– Ya me saludaste así que ya puedes irte. Adiós.
– Uy que bravita. Así te ves más hermosa y así me gustas más –me guiñó el ojo.
– ¿Eres un imbécil? ¿o te haces Jackson? No respondas ya sé la respuesta, eres un completo imbécil, con el cual no me interesa tratar ni mucho menos me cae bien así que puedes irte por donde viniste.
– Que chistosa eres Marena. La próxima vez que nos veamos lamentarás tratarme así, no se te olvide –me miró con cara de lujuria y se fue enseguida no sin antes tírame un beso. No me cabía en la cabeza cómo había un chico tan idiota e imbécil como él. Realmente me repugnaba con solo escuchar su nombre. Saqué mi celular del bolso para ver la hora.
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Amor de aeropuerto ¿Destino o casualidad? (Biología Amor #1) +18
Teen FictionMarena, es una chica de diecisiete años y prácticamente toda su vida ha pasado viajando de ciudad en ciudad junto a sus padres y su hermano gemelo. Ella nunca ha tenido amigos, no se ha enamorado, no ha probado el alcohol y mucho menos a asistido a...