Llegamos al hotel y subimos al último piso para meternos en la piscina. Las chicas se pusieron bikinis llamando la atención de todos los hombres.
Nain y yo hicimos una competencia en la piscina la cual gané yo. Nos salimos y nos acostamos en las tumbonas. Las chicas se metieron en la piscina.
– Maldición –dije al ver al tal Miguel que ahora aparte de gustarle mi chica es sobrino de la mujer de mi padre.
– ¿Qué ocurre? –Preguntó Harry. Dándole un trago a su coctel.
– Ese imbécil que viene ahí –lo señalé con la cabeza– le gusta Mar.
– Joder, eso es cierto. Pensé que había sido el único que se había dado cuenta – confesó Paul.
– ¿Cómo sabes eso? –Inquirió Nain.
– No viste como la abrazó cuando dijeron que había pasado a la final y que decir del beso que por poco se lo da en boca –solté amargamente.
– Que liso y lo peor es que resultó ser sobrino de Amanda –murmuró Lorenzo.
– Cállense que viene para acá –dijo Harry.
Puse los ojos en blanco y me coloqué las gafas porque no quería que me viera los ojos. Cogí mi vaso y le di un gran trago al coctel.
– Hola, chicos –saludó el imbécil sentándose a mi lado.
– Hola –dijimos todos al tiempo. Las chicas empezaron a salirse y vi como el estúpido de Miguel abrió los ojos al ver a Mar.
– Ya vengo –informé caminando con una toalla para tapar a Mar. Ella aceptó la toalla y me abrazó sin entender nada. Volvimos a las tumbonas y mis amigos cargaron y taparon a sus novias.
– Mar –dijo Miguel.
– Ah, hola –le sonrió ella. Se sentó en mi regazo y pasó un brazo por mi cuello y le di un beso en la mejilla.
Los chicos les presentaron a sus novias a Miguel y él las saludó amablemente. Nos quedamos ahí bebiendo cocteles excepto Mar que bebía jugo porque no podía competir con alcohol en su organismo. Comimos unas pizzas en las tumbonas con Miguel quien trataba de sacarle conversación a mi novia, que hombre tan descarado, sabía que Mar era mi novia y aun así le seguía coqueteando. Lo ignoré porque no quería pelear por una cosa insignificante.
– Nosotros ya nos vamos porque es un poco tarde –sugirió Harry.
– Si, así es –lo apoyó Nain y yo sabía porque lo hacían.
– Chao –dijimos al tiempo dejando a Miguel ahí. Cargué a Mar nada más para que Miguel nos viera.
– Amor, no –carcajeó ella cuando le empecé a hacer cosquillas con mi nariz. Miré por mi hombro y vi a Miguel con el ceño fruncido. En tu cara imbécil. Entré en la habitación y lancé a Mar en la cama y me tiré encima de ella.
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Amor de aeropuerto ¿Destino o casualidad? (Biología Amor #1) +18
Novela JuvenilMarena, es una chica de diecisiete años y prácticamente toda su vida ha pasado viajando de ciudad en ciudad junto a sus padres y su hermano gemelo. Ella nunca ha tenido amigos, no se ha enamorado, no ha probado el alcohol y mucho menos a asistido a...