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Los días estaban pasando y con ellos se estaba yendo un poco mi tristeza. No digo que estoy brincando en un solo pie de la felicidad, pero si estoy más animada que los últimos días.
La llamada que me hizo Christopher el día de navidad me bajoneó un poco, debo admitirlo. Pasé horas llorando hasta quedarme dormida y agradecí que las chicas estuvieran conmigo dándome ánimos. Después de eso les hice jurar a las chicas que ninguna de ellas le diría nada sobre mí a Christopher y así lo han hecho según ellas y les estoy dando el voto de confianza.
Quedaban cuatro días para fin de año y junto con las chicas, la mamá de Paul y mi madre estábamos haciendo los preparativos para la fiesta que se haría para recibir el nuevo año. La fiesta se haría en un club en el centro de la ciudad.
Estábamos en el club viendo en que parte del lugar iban a ir las cosas que se iban a alquilar, la decoración y la tarima donde estaría una orquesta.
– ¿Cuántas cortinas, manteles y sobre manteles? –Preguntó Maggie a mi lado. Ella es la encargada de alquilar todo eso.
– ¿Cuáles serán las flores? –Habló Michel por quinta vez. Ella se encargaría de hacer el pedido de todas las flores ya que una de las hermanas de su padre es la dueña de la florería más grande de la ciudad.
– Mamá, Michel está hablando –llamé a mi madre que estaba viendo algo en su celular.
– Lo siento cariño, estaba confirmando la orquesta –dijo ella–. Pide rosas rosadas y blancas y unos ramos de flor de cerezo lila, pero del tono más bajo que tengan. No sé exactamente cuantas pedir, solo sé que pide más rosas. Puedes preguntarle a tu tía cuántas podemos pedir y me avisas para pasarte el dinero.
Michel asintió y se retiró para hablar con su tía.
– Lana, cariño, los jarrones los pides en vidrios y que sean transparentes y las piedras que irán adentro que sean rosadas, blancas y lilas para que hagan contraste con las flores. Después de que la tía de Michel le diga cuántas flores debemos comprar terminas de hacer el pedido –le dijo la mamá de Paul, o sea su adorada suegra.
– Está bien. Ya apartaron los que pedí, solo falta decirles la cantidad y enseguida los mandan aquí –afirmó Lana.
– Maggie –la llamó mi madre–, pide cinco pares de cortinas dobles doradas, veinticinco manteles blancos y veinticinco sobre manteles dorados; encargas los más hermosos y por favor cuando lleguen los cuentas y revisas que no tengan ni una mancha.
Maggie asintió y llamó a la tienda.
– Mamá –gritó mi hermano entrando.
– No grites cariño –dijo esta.
– Las sillas y mesas llegarán en media hora. Alquilé las que me dijiste y me gasté menos de lo que me diste –afirmó Nain. Caminó hacia nosotros y se sentó en la tarima–. Amor, ven –dicho eso mi querida cuñada fue a saludarlo. Le dio un corto beso y regresó.
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Amor de aeropuerto ¿Destino o casualidad? (Biología Amor #1) +18
Dla nastolatkówMarena, es una chica de diecisiete años y prácticamente toda su vida ha pasado viajando de ciudad en ciudad junto a sus padres y su hermano gemelo. Ella nunca ha tenido amigos, no se ha enamorado, no ha probado el alcohol y mucho menos a asistido a...