Marena, es una chica de diecisiete años y prácticamente toda su vida ha pasado viajando de ciudad en ciudad junto a sus padres y su hermano gemelo. Ella nunca ha tenido amigos, no se ha enamorado, no ha probado el alcohol y mucho menos a asistido a...
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Llegamos a la playa y ahí estaba Antoni con Nain hablando mientras Mar se cambiaba. No sabía qué hacer para impresionar a Mar así que pensé en las carteleras y los chicos sin duda me ayudaron a hacerlas.
– Mar –gritó Nain a mi lado mientras nos acercábamos a su hermana. Ella al vernos se quedó leyendo las carteleras con cara de sorpresa.
– ¿Ustedes sabían de la competencia? –Preguntó ella alzando una ceja.
– Yo si, por eso le hablé a mi entrenador de ti para que te viera y así te incluya en la competencia –respondió su primo.
– Hola Mar –la saludé.
– Hola –me dijo.
– Yo me enteré anoche –dijo su hermano.
– Nosotros hoy. Cuando llegamos estaba Antoni aquí y nos contó por eso salimos a hacer todo esto para hacerte barras –habló Harry.
– Muchas gracias chicos –ella solo sonrió.
Haber visto a Mar surfear me sorprendió muchísimo. No sabía mucho sobre el surf, pero había visto bastantes personas hacerlo en las playas y no había duda que ella lo hacía muy bien, cogía muy bien las olas y una sola vez se cayó y eso porque se distrajo al vernos gritar su nombre y alzar las carteleras.
– ¿Qué tal lo hice? –Le preguntó al entrenador.
– Realmente me sorprendiste no esperaba que surfearas tan bien solo tienes que practicar algunas cosas para mejor. Y puedo ver que tu primo te ha entrenado muy bien porque surfeas prácticamente como él –respondió el hombre.
– Obvio y qué esperabas si soy el mejor –dijo riéndose su primo.
– Y entonces ¿entré a la competencia? –Peguntó ella.
– Por supuesto que sí, después de verte no cabe duda que eres muy buena y ese lugar es todo tuyo –afirmó el entrenador.
– Siiiii –gritó brincando muchas veces.
– Felicidades geme –la abrazó Nain.
– Felicidades prima –habló Antoni.
– Felicidades Mar –dijimos mis amigos y yo. Los chicos y yo la abrazamos al tiempo.
– Gracias, gracias. De verdad muchas gracias Francis, no sabes lo feliz que me haces siempre he querido estar en una competencia de surf –dijo alegremente.
– No tienes nada que agradecerme todo lo has hecho tú. A inicios de octubre te aviso cuándo y dónde será la competencia así que debes practicar mucho –respondió el entrenador.
Segundos después nos despedimos de Antoni y del entrenador quienes partirían a su ciudad en una hora.
– No se les olvide que saldremos por la noche –dijo Paul antes de subirse al auto.
