Marena, es una chica de diecisiete años y prácticamente toda su vida ha pasado viajando de ciudad en ciudad junto a sus padres y su hermano gemelo. Ella nunca ha tenido amigos, no se ha enamorado, no ha probado el alcohol y mucho menos a asistido a...
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Haber asistido a la fiesta de Jackson había sido la peor decisión que había tomado y no por él, sino que no me he querido levantar de la cama en todo el día, gracias a Dios que mi madre está de turno porque ya me hubiera matado al saber la borrachera que me cargué ayer. Después de pensarlo bien me levanto de la cama y voy directo al baño para darme una ducha de agua caliente. Quince minutos después ya estaba como nuevo, excepto por el dolor de cabeza que aún seguía, fui a la mesita de noche y saqué un calmante para sentirme mejor.
Hoy era el día de quedarme en casa acostado en el sofá del salón para relajarme, quizás llamaba a los chicos para que me hicieran compañía por el resto de la tarde. Tomé el celular y envié un mensaje al grupo –Los Pro– donde estamos los cuatro, ese estúpido nombre lo había escogido Paul cuando todos nos inscribimos en los diferentes equipos de deporte del instituto.
Los Pro😎😎😎💥💥💥
Yo: Tengo una resaca de los mil demonios y la cabeza me quiere estallar.
Paul: Estoy igual hermano y lo peor es que estoy con mi padre haciendo unas vueltas de su trabajo.
Lorenzo: Yo también tenía resaca, pero me vine para la playa con Jackson y se me pasó.
Yo: ¿En qué parte están? Voy a llegar allá.
Lorenzo: Estamos en la de Santa Mónica a unos tres metros del muelle
Harry: Hey Klein, pasa por mí que mis padres van a salir y no quiero quedarme aquí solo.
Yo: En diez minutos paso por ti Harry y me esperas afuera. Nos vemos allá Lorenzo y Paul si te desocupas temprano llegas.
No esperé a que respondieran y bloqueé mi celular guardándolo en el bolsillo de delante de mi bermuda. Subí a mi habitación por las llaves de mi auto y bajé lo más rápido posible. Encendí el motor y en menos de diez minutos ya estaba aparcando afuera de la casa de Harry y ahí estaba él, esperando en la acera, que buen chico; se subió en el lado del copiloto y emprendimos el viaje y a la media hora ya estábamos caminando hacia el muelle donde estaba Lorenzo y Jackson, realmente no estaba tan feliz de tener que estar con Jackson aunque en su fiesta nos trató bien y eso había hecho que pensara diferente de él, quizás solo se comportaba como un imbécil cuando íbamos a competir.
Harry y yo visualizamos a los dos chicos y nos acercamos a ellos, los saludamos chocando los puños y nos sentamos en la arena. Lorenzo estaba fumando un cigarrillo –fuma para quitar el estrés según él y lo bueno era que no le tenía adicción y ya tenía más de dos meses que no fumaba– mientras que Jackson tomaba cerveza.
Llevábamos hablando más de una hora de diversos temas.
– No van a creer lo que vi ayer –musitó Jackson algo sorprendido.
– ¿Qué cosa Gray? –preguntó Harry.
– Fui a la playa de Manhattan a nadar y había una chica haciendo surf y no lo hacía para nada mal.
