Capítulo 35 - Pijamada.

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El viernes había llegado más rápido de lo esperado

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El viernes había llegado más rápido de lo esperado. Las chicas habían dejado sus cosas ayer por la noche en mi casa y solo nos hacía falta comprar las cosas para comer. Mi madre iba a preparar la cena y nosotras quedamos en comprar pasabocas y bebidas para cuando estuviéramos en plena pijamada.

La señorita Jules nos había felicitado por haber hecho bien las tres mezclas en el laboratorio de química. Christopher y yo fuimos los únicos en sacar la nota más alta de toda la clase ya que yo soy la más destacada en química.

*****

Christopher y yo ya estábamos en el centro comercial comprando los encargos. Él había ido por las pizzas congeladas mientras que yo buscaba los pasabocas. Había tardado más de lo que había pensado porque no sabía qué pasabocas les gustaba a mis amigas. Cogí dos de diferentes sabores para no llevar todos del mismo sabor. Mi celular sonó notificando un mensaje, lo saqué y era uno de Chris.

Mi ponquesito 👩️‍👨💘🥰: Cielo, estoy en la caja cuatro. Quedan tres personas para que yo pague, no te demores.

Cogí los últimos pasabocas y busqué la caja que él me había dicho. Pagamos y nos subimos al ascensor para bajar al subterráneo y buscar su auto. Nos subimos y nos acomodamos en el auto

Había pasado una semana desde que Christopher y yo habíamos tenido sexo y sentía la necesidad de tenerlo dentro de mí. No sé qué fue lo que se apoderó de mí, pero en un segundo me quité el cinturón de seguridad y antes de que mi novio encendiera el auto ya yo estaba sentada a horcajadas sobre él. Él no se lo esperaba y lo pude ver en sus ojos, estaba tan sorprendido cuando estampé mi boca contra la de él, le dio acceso a mi lengua la cual se encontró con la suya y ambas danzaron. Le quité el cinturón de seguridad y comencé a hacer fricción contra él. Aferró sus manos a mi cintura y me ayudó a moverme.

– Mar... –jadeó– estamos en un lugar público.

– Nadie nos va a ver –murmuré en sus labios. No quería sepárame de él y la idea de hacerlo en su auto me prendió más. Quería hacerlo aquí ya que su auto es polarizado así que nadie podía vernos. Me quitó la blusa y el sostén. Comenzó a hacer un camino de besos húmedos desde mis mejillas hasta mi clavícula, regresó a mi cuello lo lamió y chupó haciendo que soltara varios gemidos y los cuales hacían eco en el auto. Con una de sus manos cogió mi seno derecho y segundos después lo atacó con su lengua haciendo círculos en mi pezón. Acarició, besó y chupó ambos senos por segundos haciéndome perder la cabeza. Los dos maldijimos al tiempo. En mis ojos podía ver la pasión y la lascivia que me invadía suplicándole más. No lo pensó más y se bajó el pantalón, movió mi ropa interior a un lado y sin esperar un segundo más cogí su erección y la metí dentro de mí–. ¡Mierda! Si, así –gemí apretando sus hombros y él se aferró a mis caderas fuertemente ayudándome a moverme más rápido. Subía y bajaba rápidamente. El deseo se estaba apoderando de mí y disfrutaba cada movimiento.

Amor de aeropuerto ¿Destino o casualidad? (Biología Amor #1) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora