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Aceptando mi trágico destino, mire por la ventana, tenía la vista borrosa por el llanto, si, me había hecho muy sentimental de un tiempo para acá,torpemente abrí el seguro del carro, estoy haciendo lo mas estúpido de mi vida, debí haber huido desde un principio, pero eso es lo de menos y ya no importa. Salí del auto con la mirada baja, tragando saliva, cuando aquella persona tomo mi mentón por instinto me aleje pero me acerco mas y finalmente me beso, diría que tengo el síndrome de estocolmo por hablar de que sus labios se sienten como un paraíso, y son adictivos, pero no hizo falta mas, para darme cuenta que aquellos labios pertenecían a Tom. Di un paso atrás y golpee su hombro en aquella oscuridad a lo que el se quejo al instante. 

-Eso te pasa por meterme el susto de mi vida, te has pasado, dios mio, no me hablas en días, y apareces de repente así nomás y...- me callo besándome de nuevo tomándome de la cintura. 

-No pretendía nada amor, solo quiero darte una sorpresa- susurro sobre mis labios, mientras rozaba su nariz con la mía sin despegarse de mi, sus ojos se encontraron conmigo y sonrió dando un último beso y tomando mi mano- Venga, cierra bien el auto y me sigues- se le notaba emocionado, su mano sudaba un poco, tome las llaves y presione el botón de seguridad. 

-¿Cómo has llegado? ni siquiera esta tu auto, y aquí no hay donde puedas esconderlo- le mire confundida, aunque por la oscuridad no se notaba tanto mi expresión. 

-Tu hermano me ha traíd- dio un leve apretón  mi mano dejando salir un respiro de alivio, quizá, no sabría como describirlo en su totalidad. Bueno, ahora lo estoy siguiendo en un camino a través del bosque, realmente tenía miedo de que podría caer y encajarme una rama en la cabeza, o ya no encontrar el camino de salida, pero el tenía todo completamente bajo control- Y bueno, hemos llegado, que te parece?- observe con detenimiento el lugar, se notaba nervioso, lo cual le hacia ver demasiado tierno, era una cabaña, con luces decorando el alrededor, iluminando de una manera muy especial- esto solo es la parte de afuera.... espero y no te sea decepcionante- mordió su labios y negué. 

-Tom,¿Esto decepcionarme? si es precioso- le asegure mientras le hacia caminar, aunque el se adelanto a abrir la puerta, dejándome entrar primero, la cena estaba servida sobre la mesa, con unos cuantos aperitivos, y una caja de color rojo de tamaño mediano sobre la mesa, la chimenea era eléctrica pero conservaba el lugar cálido, al parecer no había cuartos, y solo trajeron unas cuantas mantas, y estaban acomodados como una especie de cama sobre el piso junto con unos cojines frente a una chimenea que ya estaba prendida, dando calor a la pequeña cabaña. 

-Anda vamos a cenar, antes de que se enfrié nuestra cena- me miraba con una enorme sonrisa que apenas cabía en su rostro, me tomo de la mano y me encamino al comedor, movió un poco la silla haciendo espacio para que pudiera sentarme y así lo hice haciendo un gesto de agradecimiento con un asentimiento de cabeza, el tomo asiento frente a mi y dejando salir un suspiro, comenzamos a comer el delicioso menú que tenía sonreí aquella no tan grande mesa, perfecta para dos. 

-Me tenías preocupada, en ocasiones me contestabas cortante en esta semana, estaba confusa por tus actitudes, y realmente estaba molesta porque solo hablabas con mi hermano- limpie los restos de comida con una servilleta la comisura de mis labios y bebí de mi agua y seguí mirándole. 

-Quería que fuera una sorpresa, y quería que fuera perfecto, así que Hazza me ha ayudado, y si te hablaba, hubiera dejado todo al momento de escucharte y estar pegado a ti como un chicle- reímos juntos. Era un bonito gesto, además me parecía un lindo detalle el que mi hermano haya ayudado a Tom para darme esta sorpresa, después de cenar, nos pusimos frente a la chimenea, saco una bolsa de bombones y palos de brocheta para así poder asarlos en la chimenea, aunque hubiera estado mejor en una fogata, nos evitamos todo el rollo de ir afuera y eso, ya será después, me recargue en su hombro mientras ambos sosteníamos los palos en el fuego. 

-No se que pretendas, si darme una noticia como no se, si estas embarazado y por eso me das esta sorpresa- le mire divertida y beso cortamente mis labios, antes de llevarse uno de los bombones a su boca y darle una mordida, haciendo lo mismo que yo. 

-Nada de eso amor, solo quería darte este detalle- me sonrió y miro enfrente ocultando algo, fruncí el ceño, deje el palo de brocheta a un lado y me cruce de brazos frente a el enarcando una ceja, el repitió mi acción y se lanzo sobre mi para hacerme cosquillas, yo reía divertida intentando quitármelo de encima-¡Esa era la sorpresa!

-¡Basta Tom! ¡Me haré pis como sigas así!- dije entre risas, se detuvo y conectamos nuestras miradas, admiraba sus ojos, que aunque comunes fuesen para mi eran los únicos en todo el maldito mundo, corto la distancia entre nosotros y capturo mis labios en un beso lento, romántico, disfrutando de cada parte de sus labios, puse mis manos alrededor de su cuello y se separo un poco formando una sonrisa a lo que le correspondí para volvernos a besar, nuevamente se separo de mi y puso un mechón detrás de mi oreja, se incorporo y extendió su mano a una de las mesas de centro que había movido hacia un lado, tomando una pequeña caja, le observe con detenimiento escaneando cada uno de sus movimientos mientras me sentaba, el me miro para luego cerrar sus ojos y dejar salir un suspiro, al abrirlos, me sonrió ampliamente. 

-Hemos pasado tantas cosas, nos conocimos desde chiquillos pero tenemos nulos recuerdos, somos parte de nuestro pasado, somos nuestro presente y me gustaría que fuéramos nuestro futuro- su tono era suave, sin dejar de sonreírme y sin quitarme la mirada de encima, me tomo de la mano y poniéndonos de pie me llevo afuera de aquel lugar, el cielo se veía mas estrellado que de costumbre, se podía apreciar con mas detalle el cielo y la luna nos iluminaba, me gire nuevamente para verle y paso una mano por mi mejilla sin parar de sonreír, aun el llevaba aquella caja en manos- Quiero iluminarte cada que sientas perdido el sendero, quiero ser tu guía, quiero correr a tu lado todos y cada uno de los pasajes de esta vida contigo, quiero que llenes de luz mi oscura penumbra- sonreí tierna por cada una de esas palabras- He caído a tus pies sin darme cuenta, estaba herido y me ayudaste sin siquiera haberlo planeado, tu forma de ser, simplemente tu se ha robado mi corazón, hemos tenido problemas, pero juntos supimos como salir adelante- soltó una leve risa- cada uno de tus detalles te hacen únicos, mi vida se ha unido a la tuya y no veo una vida sin ti-se acerco un poco  mi aunque no demasiado- mira el cielo, es tan brillante como tus ojos, la luz de tu sonrisa.. mira la luna- me indico con una leve sonrisa, apenas iba a reprochar que a mi nadie me daba ordenes, pero ya mi cabeza estaba en dirección de la luna mire enfrente y Tom ya no estaba, baje la mirada y ahí estaba el con aquella caja que cargaba desde hace rato abierta, y con un anillo que el diamante que llevaba brillaba gracias a la luz de la luna. 

-Tom...- apenas iba a decir algo, cuando el me interrumpió. 

-______ Osterfield, me harías el honor de dejarme ser parte de tu vida, tu compañero de vida, estar juntos en cualquier momento, y pase lo que pase, siempre estar el uno para el otro... Te casarías conmigo?- me miro nervioso, yo me quede paralizada en mi lugar como una estatua, me daba bofetadas mentales para reaccionar, TOM HOLLAND ME PIDIÓ MATRIMONIO, estaba procesando todo demasiado rápido, nuevamente volví a la realidad y vi que se mordía el labio mas nerviosos aun al no recibir respuesta.

-Tom...- deje las palabras al aire, sentía que una que otra lágrima comenzaba a caer por mis mejillas, al fin pude formar una sonrisa y asentí- Si Tom... Si quiero casarme contigo- el sonrió aliviado y puso el anillo en el dedo correspondiente, se puso de pie y tomando mis mejillas me beso tan feliz. 

-Te amo, te amo, te amo- repitió varias veces antes de volver a besarme, mis brazos se enredaron en su cuello y caminamos torpemente al interior de la cabaña, nos tiramos sobre aquella cama improvisada sin dejar de besarnos, mis manos fueron debajo de su camisa de vestir y se separo abruptamente de mi-¡Oye! Quiero llegar puro y casto al altar, no puedes quitarme ese sueño- rodé los ojos y di un golpecito en su hombro. 

-Oh por dios Thomas, eres un payaso, ven aquí-lo atraje nuevamente a mi. 

La noche paso entre besos, caricias, abrazos, haciendo el amor frente a la chimenea en aquel dulce nido de amor...

La hermana de Harrison Osterfield (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora