El volley... ya no es lo único.(Kageyama X ___) FINALIZADA

CHICO EXTRAÑO

NARRA ___

El partido había comenzado y el que más llamaba la atención entre todos los jugadores del equipo contrario era el que media dos metros, poco después entró el Karasuno y la mirada de un azabache llegó hasta mi.

El partido iba normal, costaba un poco ir contra el de dos metros pero terminó siendo Hinata el que más problemas le dio, con bastante frecuencia Kageyama miraba hacia las gradas cada vez que conseguían un punto y podía ver mi emoción.

Les costó, pero habían ganado, habían superado el primer obstáculo fuerte del torneo, pasaban a la siguiente ronda, nunca pensé que me podía emocionar tanto con un partido, Yachi y yo corrimos hacia donde estaban los chicos para felicitarlos.

-¡___-chan!, ¿has visto como lo he hecho? ¡ese tipo media dos metros!

Hinata es como un niño pequeño, estaba realmente emocionado, pero ¡¿cómo no estarlo?! 

-¡Sí! ha sido alucinante, bien hecho pequeña mandarina- le acaricie el pelo.

La mirada de una persona se clavaba en el pequeño que estaba en frente de mi asustándolo.

-Bien jugado gigante malhumorado- me acerqué a Kageyama.

-Ya se que he jugado bien.

-Eres demasiado engreído ¿sabes?- mientras lo decía me reía por la cara de confusión del chico.

-Pues ha habido una pulguita que estaba más emocionada que todo el equipo junto cundo marcábamos punto.

-No se de quien me hablas, Yachi no parecía tan emocionada- me hice la loca, antes muerta que darle la razón en ese tema.

-Si claro- una pequeña risita se hizo notoria.

 Los partidos estaban acabando y la gente se empezaba a ir, me quedé con Shimizu ayudándola a terminar de recogerlo todo. Estábamos por salir, pero un grupo de chicos nos paran pidiéndonos el número, Hinata llegó y llamó la atención del grupo consiguiendo que nos dejasen en paz.

Estábamos fuera y lo chicos se empezaron a burlar del envoltorio del almuerzo de Hinata, el grupo de chicos que antes nos molestaba a Shimizu y a mi pasaron por enfrente dándonos unas miradas retadoras.

-Deberías darme tu número

El chico con un piercing en la lengua intentaba ligar conmigo.

Estoy segura que si las miradas matasen el ya estaría muerto.

-No te pongas celoso-susurré.

-No estoy celoso.

-Si claro y odias el volley.

-Academia Johzenji ¡Vamos a por vosotros!-Hinata animaba al equipo.

Los chicos me acompañaron hasta la parada del bus y mientras esperábamos alguien me atrajo hacia el.

-Buena suerte en tu prueba mañana- me dio un tierno beso en los labios- vamos ya está aquí el bus- me empujó hasta llegar.

-Mañana por la mañana pienso ir a veros, ni se os ocurra perder por la tarde.

Me despedí hasta la mañana siguiente.

Los partidos del segundo día estaban apunto de empezar.

-Mira a la princesa.

Tienes que estar bromeando, otra vez él.

-¿Podrías dejar de llamarme princesa?

-¿Por qué princesa? te queda bien.

Y ya van tres que me sacan de mis casillas.

-Dile a tu equipo que más vale que ganen sus enfrentamientos de hoy, tenemos que zanjar lo pendiente del juego anterior, y que jueguen contra uno de los cuatro mejores no es escusa.

Quise decirle algo pero un balón llegó a su cabeza, intente aguantar la risa.

-Siento si te ha molestado.

-No te preocupes- era difícil no reírme.

-Iwa-chan, no molestes cuando estoy hablando con la princesa.

-Deja de molestar a las chicas Oikawa.

El tal Iwa se lo llevó a rastras.

-Nos vemos princesa.

Solo le ignore y entre al gimnasio para dirigirme a las gradas, ahora que hablo con Oikawa me acuerdo de que no he hablado con Kageyama sobre la conversación que tuvo con él.

-Buenos días preciosa.

¿Por qué el universo me odia tanto?

-Soy Terushima, capitán de Johzenji, ¿te gustaría quedar y..?

-No gracias, estoy ocupada.

Otro más a quien ignorar para por fin poder subir a las gradas y acomodarme.

NARRA KAGEYAMA

Estábamos calentando para poder comenzar con el partido y el capitán del equipo contrario se me acercó.

-¿Es tu chica?- señalo a ___ que ya estaba en las gradas esperando a que el partido comenzase.

-Eso no te importa.

-Pues si no me importa mejor, porque pienso volver a invitarla a salir por mucho que me rechace, es bonita y tiene carácter, me gusta.

Le mande una mirada de odio fulminante la cual consiguió asustarlo.

-No me daré por vencido, pero si quieres podemos apostar, esto será más divertido si apostamos.

No estaba seguro de a qué se refería, este chico dice cosas muy raras.

-Si mi equipo gana no dejare de pedírselo, pero si gana el tuyo, solo se lo pediré una vez más y la dejare en paz.

Miré a ___, estaba hablando con Yachi, se la veía tranquila aun teniendo una competición decisiva esta tarde y los resultados de sus pruebas medicas, no parecía alterada, estaba disfrutando del ambiente.

Me volví a girar al chico y asentí. No perdería esa apuesta.

Este equipo era raro, jugaba de una forma peculiar, pero al final del segundo set, cuando estaba apunto de perder se pusieron serios, ya era difícil seguirles el ritmo cuando jugaban a lo loco, pero ahora, serios tampoco era tarea fácil. No podía perder, o la tranquilidad de esa chica que me estaba animando desde las gradas desaparecería.

Cuando el pitido del final del partido sonó a nuestro favor miré con cara de victoria al chico que acababa de perder la apuesta, el partido y a la chica.

Cuando salimos de la cancha ya estaban los animadores esperándonos para felicitarnos, y mi animadora favorita se acercó a mi.

-Bien jugado, les habéis hecho morder el polvo.

Se me escapó una pequeña sonrisa, estaba molesta por lo que había sucedido el día anterior, lo sabía y era gracioso verla.

Se fue a hablar un rato con Nishinoya y Tanaka para felicitarlos y que le contaran sus aventuras por el Torneo de Primavera.

Otros veíamos el juego de nuestros próximos rivales, el más parecido al pequeño gigante, los ojos de Hinata se iluminaron cuando se lo dijeron, se notaba que quería ganarle, este partido seria interesante.

___ se acerco y se sentó a mi lado.

-Kageyama ¿podemos hablar?

Tragué en seco, puede que no sepa mucho de relaciones pero esas palabras nunca son buenas. Parece que ella notó mi preocupación.

-No te preocupes, no es nada malo.

 Se levantó y yo la seguí a un sitio un poco más escondido para que las personas curiosas no oyesen la conversación.

-Sobre Oikawa...