Salió de aquel edificio deprisa, sin mirar atrás o con la mínima curiosidad de conocer mejor el lugar donde pasó la noche. Ya conocía el interior, así que podía imaginarse perfectamente la fachada, en igual o peor estado.
Sus pasos eran ruidosos, golpeando con fuerza el suelo cuando avanzaba. En su mano derecha cargaba su saco, arrugandolo entre sus dedos como una forma de desquitar la molestia que sentía.
Maldijo la luz del sol tan fuerte en ese día y el ruido de la calle que solo le hacía doler más la cabeza.
Miró en ambas direcciones de la calle queriendo reconocer el lugar, pero como lo imaginaba no tenía idea de donde estaba. Al ver al lado izquierdo encontró su auto aparcado a unos cuantos metros del edificio. No sabía si maldecir por haberlo llevado hasta ese lugar o sentirse aliviado porque no parecía presentar daños, y ahora tendría el medio para largarse.
Buscó en su saco encontrando las llaves metidas en una de las bolsas. Abrió el auto a unos cuantos pasos de él, escuchando la alarma que indicaba la puerta abierta, acercándose abrió la puerta del lado del piloto, arrojó el saco a los asientos de atrás y cerró con más fuerza de la necesaria.
Prendió el GPS del auto, pues al no conocer la zona no sabía que dirección tomar para ir a casa. La pequeña pantalla le indicó que se encontraba a casi dos horas desde su ubicación. Encendió el motor, ganando miradas curiosas de personas que caminaban por la banqueta, y aceleró a fondo marcando las ruedas en el pavimento.
La idea de donde podría estar Erwin ni siquiera le cruzó por la cabeza, tenía tantas cosas en que pensar que lo que menos necesitaba era agregarse otro pensamiento.
Seguía intentando recordar mientras recorría calles a velocidad moderada, apunto de sobrepasar el límite. Resultaba doloroso y le impedía seguir presionandose a saber siquiera como terminó en ese departamento.
"Eres un idiota"
"El señorito se enojo"
Azotó el volante furioso tras recordar aquellas palabras, a la persona que las dijo y esos ojos tan inexpresivos que apenas y lo miraron.
Sabía que la había visto antes, quizá en el bar o en algún lugar cercano. Su cara le resultaba muy familiar aunque no logrará reconocerla bien.
La forma de vestir, de hablar sin importarle decir lo que pensaba, las expresiones y sus ojos de ese color tan peculiar... Todo le resultaba conocido.
Apretó el volante con fuerza teniendo la imagen en mente, pero demasiado borrosa y oscura. Conformé avanzaba el tiempo, ésta empezaba a aclararse dejándole ver la silueta y rostro de una pequeña niña. Se sintió abrumado por esa imagen que veía, ni siquiera tenía algo que ver con lo que pensaba.
ESTÁS LEYENDO
𝐘𝐨𝐮 𝐎𝐧𝐥𝐲 𝐘𝐨𝐮
FanfictionTras varios años vuelven a encontrarse. Ya no son unos niños. Ya no existen aquellos sueños infantiles, solo dos adultos llenos de resentimiento y decepción que viven vidas totalmente distintas. Apartir de ahora todo serán... ¿Buenas decisiones? ¿Ma...