𝟑𝟏

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Caminaba de un lado a otro en la habitación sujetando su barbilla con tres dedos mientras meditaba la decisión que debía tomar

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Caminaba de un lado a otro en la habitación sujetando su barbilla con tres dedos mientras meditaba la decisión que debía tomar. ¿Qué resultaría más adecuado? Nunca le había costado tanto trabajo elegir entre una opción u otra, de hecho, nunca tuvo más de una opción. Nunca le preocupo tanto como se vería. Volvió al borde de la cama sosteniendo su cintura con cierta incertidumbre e indecisión. Primero, señaló el vestido de mezclilla con botones al frente y mangas arriba del codo que Erwin le trajo; y, después un sencillo pantalón negro ligeramente holgado con varias bolsas en la extensión de las piernas y la sudadera gris que Levi le obsequió.

—Esto es ridículo —dijo irritada—. Yo soy ridícula, solamente es ropa. ¿Qué importa como me vea?

Pese a decir eso, continuó observando ambos atuendos dudando en cuál tomar. Llegando al punto en que su molestia no pudo ser contenida más tiempo, optó por ser fiel a su estilo. Recogió la ropa de la cama y sustituyó su pijama. Se miró frente al espejo comprobando que el pantalón y la sudadera quedasen bien, aprovechó para acomodar su cabello peinándolo improvisadamente con los dedos. En su reflejo pudo apreciar que los moretones de su rostro disminuyeron de forma considerable, claro, aún eran perceptibles, aunque no tanto como al principio. El corte de su labio inferior ahora solo consistía en una costra fina; la gasa que utilizaba para cubrirse la herida de la mejilla era más pequeña; el moretón de la frente disminuyó sus colores rojizos y púrpuras. Definitivamente sus heridas estaban sanando.

Antes de concluir decidió pintar sus labios de un sutil tono rosado con el labial que Hange le obsequió. Recogió el teléfono de la mesa de noche guardándolo en uno de los bolsillos de su pantalón y salió. En cuando llegó al primer piso pudo escuchar sonidos provenientes de la cocina, se dirigió a ella encontrándose a Levi de pie frente a la isla de granito dándole la espalda.

—Buenos días —lo saludó acercándose

Levi dio media vuelta tras oírla.

—Buenos días —correspondió al saludo extendiéndole una taza de té recién preparado—. Te serví un poco, no sé si te guste o prefieras un café. De una vez te digo que no tengo de esa cosa, tendríamos que ir a comprarlo o...

____ detuvo sus palabras aceptando la taza de té que le ofrecía, envolviéndola entre sus manos rozando un poco las de Levi.

—El té está perfecto. Gracias

Él se limitó a asentir.

Sus miradas no buscaron encontrarse durante el tiempo que consumían la bebida caliente en silencio, de hecho, miraban intencionalmente hacia cualquier otro rincón. ____ tomó el valor de mirar a Levi agradeciendo que él mirase en dirección contraria, de esa forma pudo contemplar su atuendo. Vestía con un estilo semejante al que utilizaba al hacer ejercicio: una playera blanca de licra, un pantalón deportivo negro, tenis y una chamarra negra desabrochada. No pareció poner tanto esfuerzo en su atuendo, algo que hizo sentir exagerada a ____ por demorar tanto tiempo escogiendo.

𝐘𝐨𝐮 𝐎𝐧𝐥𝐲 𝐘𝐨𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora