Tras varios años vuelven a encontrarse. Ya no son unos niños. Ya no existen aquellos sueños infantiles, solo dos adultos llenos de resentimiento y decepción que viven vidas totalmente distintas.
Apartir de ahora todo serán...
¿Buenas decisiones?
¿Ma...
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Cuando corría sentía como el viento chocaba contra su piel caliente; como su respiración se aceleraba y su corazón bombea sin parar. Cuando corría lejos se sentía libre.
Sentía que no lo podría alcanzar.
Sentía que huía.
Huía muy lejos de su verdugo.
Cuando disminuía la velocidad regresaba a la realidad y sabía que todo fue un absurdo sueño, ahora debía despertar y seguir avanzando en un camino trazado.
Por tal razón, esa mañana Levi corría sin parar a través de la solitaria acera. Lo que comenzó como un suave trote evolucionó en una carrera contra todo lo que lo apresaba. Lo único que podía seguirle el paso era su sombra, la cual se hacía más grande conforme el sol salía. Por primera vez había decidido colocarse unos audífonos y reproducir música aleatoria de la sección de música clásica. Pensaba que las melodías tranquilas no iban bien con su agitada rutina, sobre todo con sus pensamientos desordenados. El piano le recordaba las lecciones obligatorias que tomó durante su infancia, provocando que en el reloj de su muñeca el registro de sus latidos se disparara, así como el conteo de sus pasos. No le importo que la música resultase contradictoria, lo que buscaba era aislarse del mundo que lo rodeaba, no escuchar nada. Pero la música no podía callar los recuerdos.
«—¿Acaso, alguien te está obligando a hacer algo que no quieres?»
Ignoro su mente agitando la cabeza de un lado a otro al mismo tiempo que acelero. Los músculos de sus piernas pedían un descanso, pero él se negó a detenerse si quiera un segundo.
Como era de esperarse, continuó pensando en aquello que lo martirizaba.
Durante toda la noche no pudo parar de pensar en la pregunta que ____ le había hecho, así como en la forma que reaccionó. Todavía recordaba con claridad los siguientes cinco minutos que estuvo con ____ en el cuarto, en ese instante le parecieron cinco horas.
—Tú no sabes nada, ____ —la interrumpió, levantándose de la cama agitado—. Deja de imaginar cosas o sacar conclusiones solo por una noche en la que me viste algo ebrio
—Bueno, ya te lo dije, las personas suelen ser si mismas cuando el alcohol les quita los filtros que se ponen —dijo, igualando su posición poniéndose de pie
—Lo que pase en mi vida no te incumbe
—Aunque no me incumba, por la amistad que una vez existió entre nosotros... —tragó en seco desconcertada por utilizar ese argumento. ¿La amistad de un par de niños seguía teniendo algún tipo de influencia en dos adultos?—. Deja de mentir
—Piensa lo que quieras —expresó cansado—. Solo te dire que no quieras reparar algo que no está roto
—Muy bien, entonces yo también solo te dire una cosa: nadie va a ayudarte si sigues fingiendo que no necesitas ayuda
