𝟎𝟕

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Sábado, 9:00 p

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Sábado, 9:00 p.m. Oficinas centrales del conglomerado Ackerman

¿A dónde crees que vas? —cuestionó el azabache interponiéndose entre el camino de Erwin al elevador—. ¿Por qué estás tan apurado?

—Debo ir a reunirme con alguien —dijo acomodándose correctamente la bufanda café alrededor del cuello

—Alguien que por supuesto no es un socio

—Es una mujer

Levi alzó una ceja en señal de que no le creía.

—Pobre de ella. ¿Y qué? ¿Planeas llevarla a uno de esos sitios deplorables que solo tú conoces? —se cruzó de brazos

—Dudo que sea un lugar que frecuentes, o en el que alguna de las personas con que te reúnes ponga un pie en su vida. Así que me abstendré de decirte donde es

—Tch. El trato especificaba que...

—El trato concluyó hoy —lo interrumpió dando golpecitos contra la pantalla del reloj en su muñeca derecha—. Oficialmente soy libre del castigo que yo mismo me impuse. El horario de trabajo terminó hace un rato, pero me quede unas horas extra en compensación

Dio por finalizada la conversación pasando por su lado, retomando su camino al elevador. Oprimió el botón con la flecha hacia abajo dibujada en el y esperó.

—¿Compensación? ¿Crees que puedes compensar lo que hiciste? —dijo Levi con frialdad, dándole la espalda

Erwin frunció el ceño confundido. Giró sobre el lugar donde esperaba viendo la ancha espalda de su amigo tensa, los puños cerrados y apretados.

—Disculpa, ¿Qué se supone que hice?

—Arrastrarme a tus malditos planes

—Si no mal recuerdo fue un trato que tú aceptaste —lo señalo aunque él no lo estuviese viendo, cambiándose el portafolio de cuero a la mano derecha elevó la izquierda con el dedo índice extendido en dirección a Levi—. Accediste a venir conmigo, no te lleve amenazado o chantajeado, pero claro, como las cosas no salieron como querías yo tengo la culpa

—¿Acaso hay alguien más que la tenga? —finalmente giró fulminándolo con la mirada

El elevador indicó su llegada emitiendo un sonido como de campana, interponiéndose entre el ambiente pesado que se formó a mitad del pasillo. Las puertas quedaron abiertas esperando la entrada de Erwin.

—¿Qué si hay alguien? Estoy viéndolo ahorita —comentó desde el interior del espacio decorado con un respaldo acolchado y paredes forradas de madera

La expresión seria e imperturbable de Levi no tuvo ningún cambio.

—¿Por qué no en lugar de culparme a mí, te ves en un espejo? —detuvo el cierre de las puertas utilizando su portafolio—. Yo no fui quien te dijo que le dijeras todo lo que me contaste en su departamento; no fui yo quien te dijo que la tratarás con tanto desprecio; y sobre todo no fue mi culpa que hicieras lo que hiciste antes de fingir que ella nunca existió

𝐘𝐨𝐮 𝐎𝐧𝐥𝐲 𝐘𝐨𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora