𝟎𝟓

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—¡Abre la maldita puerta! —repitió por tercera vez golpeando insistentemente con el puño

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—¡Abre la maldita puerta! —repitió por tercera vez golpeando insistentemente con el puño

Debido al escándalo unos cuantos vecinos curiosos del piso abrieron sus puertas observando al hombre de cabellera azabache desordenada y completamente desaliñado. No parecía importarle ser visto, continúo su tarea de llamar a la puerta.

—¡Se que estás ahí, ví tu auto en el estacionamiento! —detuvo unos segundos los rítmicos golpes, recargó la frente contra la madera y dijo—: escucha, no tengo ni un poco de paciencia en este momento, así que abre si no quieres que...

No hicieron falta más palabras. Entendió por la forma en que su voz aparentaba ser calmada que para nada era lo que parecía. Entre más relajado se escuchará más peligroso resultaba.

Levi entró abriendo la puerta por completo de un empujón, chocó su hombro contra el de Erwin haciéndolo tambalear antes de cerrar nuevamente y sujetarse la cabeza adolorido.

Lanzó el saco directo al sillón utilizando demasiada fuerza, su amigo espero que eso lo hiciera sacar un poco de ese enorme coraje que cargaba.

—Antes de que digas algo, lo lamento ¿Sí? No me escucharás invitandoté otra vez a un bar

—Cierra la boca —exigió al borde de no poder mantener la compostura

Erwin notó enseguida el aura asesina que emanaba del cuerpo del azabache, causándole cierta preocupación.

No recordaba nada de la noche anterior, ni como llegó a casa, ni el instante que dejó a Levi solo en el bar.

Se preguntaba ¿Qué pudo haber ocurrido para que esos sombríos ojos grises lo mirarán con deseos de matarlo?

—Una sola pregunta. Una sola respuesta que quiero escuchar de tí. ¿Qué carajo querías conseguir llevándome a ese maldito lugar?

No supo que responder, mejor dicho no sabía que sería correcto responder.

Desafortunadamente el largo silencio formado provocó que las cosas terminarán por agravarse.

La compostura que trató de mantener fue mandada muy lejos y sus manos sostuvieron los bordes del cuello de la camisa que Erwin usaba, acercándolo fuertemente y haciendo que golpeara de espaldas contra la pared.

—¡Te hice una pregunta, imbécil! ¡Responde! ¡¿O es qué además de imbécil eres sordo?! —gritó cerca de su rostro

—¡Controlate Levi ¿Qué rayos te sucede?! —luchaba por quitar las fuertes manos que lo sujetaban, únicamente causó un forcejeo entre ambos hasta caer estrepitosamente al suelo. Levi lo seguía sosteniendo sin haberse movido siquiera un centímetro, en cambio Erwin se encontraba adolorido por el golpe en seco que su espalda y nuca dieron—. ¡Ya se que me equivoqué dejandote solo en el bar, pero ¿No crees que estás yendo demasiado lejos?!

𝐘𝐨𝐮 𝐎𝐧𝐥𝐲 𝐘𝐨𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora