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Silencioso

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Silencioso. Incómodo. Tensó. Así se sentía el ambiente en la casa.

En cuanto Levi terminó de vendar la pierna de ____ desapareció adentrándose en la cocina. Los sonidos producidos por el sartén en el fuego, con aceite caliente que siseaba cuando se le añadía comida, y el sonido del cuchillo chocando contra la tabla de madera, se intensificaban en medio del silencio abrumador.

____ permaneció sentada en el mismo sitio, dudosa a levantarse y pasear por los rincones. Únicamente recorrió la sala con la mirada, observando todo perfectamente impecable. Sillones de color gris claro, frente a ella una mesa baja de cristal, con una computadora negra y carpetas del mismo color acomodadas en un montón. Una chimenea al centro de los sillones que parecía jamás ser usada. Al fondo vio una puerta trasparente que dedujo conducía al patio, la televisión instalada en la pared, frente a otro sillón alargado, se hallaba antes de llegar a dicha puerta. La entrada, justo detrás de la sala, contaba con una mesa alta y alargada pegada a la pared, perfecta para dejar las llaves o algún otro objeto mientras ingresabas. Y, por último, notó un detalle intrigante.

—Ninguna foto —murmuró en voz baja

Ni una sola foto. Ni una sola decoración. Simplemente muebles básicos y paredes de color blanco.

La casa de Levi parecía sacada de una típica revista de propiedades. No se sentía como un hogar, sino, más bien, como el sitio donde pasaba el tiempo que no estaba en su oficina.

—Oi

Pegó un pequeño brinco en su lugar al escuchar una voz proviniendo de sus espaldas.

—Ven aquí —dijo volviendo a entrar en la cocina

____ se levantó con esfuerzo, utilizando los bordes del sillón como apoyo y luego las paredes. Avanzó sin doblar la rodilla izquierda, arrastrando su pie en cada paso, hasta conseguir llegar a la entrada de la cocina y recargarse bajo el umbral.

La cocina continuaba manteniendo ese aspecto impecable, luciendo idéntica a una de esos programas de cocina. Con una isla de granito al centro, la estufa y fregadero en la misma barra frente a una ventana, el refrigerador de dos puertas en una esquina y varías cajones arriba y abajo seguramente repletos de más comida. No vió la necesidad de tener una mesa teniendo una isla que serviría para doce personas, pero encontró el comedor justo al frente, en forma de rectángulo con dos sillas a los lados y únicamente una en los extremos.

—Esto... —expresó sorprendida

—Come —ordenó Levi colocando otro plato de comida en la mesa—. Jamás vas a recuperarte sin comer correctamente

𝐘𝐨𝐮 𝐎𝐧𝐥𝐲 𝐘𝐨𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora