Tras varios años vuelven a encontrarse. Ya no son unos niños. Ya no existen aquellos sueños infantiles, solo dos adultos llenos de resentimiento y decepción que viven vidas totalmente distintas.
Apartir de ahora todo serán...
¿Buenas decisiones?
¿Ma...
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Lunes, 6:02 a.m.
Erwin bostezó ampliamente al entrar en la desolada oficina. Abrió una de las puertas principales del edificio, saludo amablemente a los guardias de seguridad que cambiaban con el turno nocturno. Pasó la tarjeta de acceso por el dispositivo que abrió unas pequeñas puertas, idénticas a las del metro, permitiéndole entrar como empleado y solicitar el elevador.
—Odio las mañanas —murmuró con la voz temblando debido al frío. Cubrió su pecho juntando los bordes de su gabardina marrón, evitando que las corrientes heladas provocadas por la lluvia mañanera le congelarán los pulmones—. Odio la época de lluvias
Entró al ascensor rápidamente, presionando el botón que lo llevaría al piso más alto. Convenientemente presidencia estaba en el último piso.
—Odio el maldito trató que hice
Las puertas se cerraron llevándolo a su destino.
Salió del ascensor sintiendo la calefacción como una bienvenida agradable. Caminó hacia su oficina esperando sentarse en una silla cómoda, calentarse las manos y comenzar con el trabajo. Detuvo sus pasos observando la oficina de Levi cerrada, la fina línea de luz sobresalía por la separación del piso.
Suspiro pesado cambiando de dirección hacía la oficina de su jefe. Tocó tres veces seguidas, entrando antes de recibir confirmación.
—Buenos di–
—Llegas tarde —interrumpió el saludo matutino serio, mirando la pantalla de su computador
Erwin comprobó la hora en el reloj plateado alrededor de su muñeca, parado bajo el umbral de la puerta.
—Seis minutos
—Seis minutos tarde —repitió recalcando el retraso aunque fueran unos minutos
Despegó los ojos del computador, dio una mirada rápida al rubio y continuó hablando manteniendo el mismo semblante inexpresivo.
—Necesito las carpetas que deje en tu escritorio dentro de media hora. Prepárate para la reunión mensual a las diez de la mañana. Y, por último, evita interrumpirme a menos que sea sumamente necesario
—A la orden, jefe —realizó un gesto estilo militar y salió de la oficina dirigiéndose a la suya
Por lo menos Levi no parecía molesto de lo ocurrido el fin de semana, o eso aparentaba. Supuso que interiormente luchaba por reprimir, así como olvidar, los recuerdos de esa noche.
Pov ____
Lunes, 1:00 p.m.
Arribó a su trabajo entrando por la puerta trasera del bar dedicada a los empleados. Sacudió el paraguas antes de cerrar retirando el exceso de agua. Afortunadamente recordó cargar con un pequeño paraguas en su mochila, útil para la temporada de lluvias, especialmente con tormentas como la que comenzó a caer a mitad del camino.
