𝟏𝟐

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Pensaba que hasta ese punto, el atardecer proyectado a través de los huecos entre las hojas de cerezo era lo más normal que había experimentado esos últimos días

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Pensaba que hasta ese punto, el atardecer proyectado a través de los huecos entre las hojas de cerezo era lo más normal que había experimentado esos últimos días.

Sintió la brisa mover su cabello suelto hacia atrás, sentada en una silla del jardín, al lado de una mesa metálica donde dejó un paquete de medicina para el dolor. No halló presencia de nubes grises como el día anterior que amenazaran con una tormenta. Nada podía suceder que afectara esa tranquilidad. Todo parecía calmado y en paz.

Excepto su mente.

Los pensamientos se acumulaban y revolvían como si un huracán se hubiese formado en su cabeza, arrasando con todo a su paso. Repasó la última semana intentando localizar el detonante de los hechos ocurridos, llegando siempre a la misma respuesta: su reencuentro con Levi Ackerman.

Imagino los posibles escenarios que pudieron tener lugar si es que jamás se volvían a ver. Principalmente, su vida continuaría como hasta hace una semana; aunque el encuentro sucediera si optaba por ignorarlo, fingir que no lo había visto o sencillamente no darle importancia, su vida avanzaría sin problemas; o, si es que en lugar de haberlo ayudado hubiera optado por llamar a la policía o buscado otra forma de intervenir sin involucrarse directamente, entonces... Su vida sería la misma.

Pero no lo hizo. No pensó en nada diferente a ayudarlo cuando lo vió aturdido tras beber el trago que ordenó. En cierto punto se cuestionó si su ayuda se debió a una especie de culpa por ser quien sirvió el trago, teniendo el descuido de no observar cuándo y quién vertió la droga. Esa noche tenía claro que no podía dejarlo solo e inconsciente sobre la barra, siendo una simple espectadora de lo que ocurriría. A pesar de los esfuerzos que tuvo que pasar llevándolo a su departamento, soportando el peso de su cuerpo durante el camino y subiendo las escaleras hasta finalmente llegar, sintió que hacía lo correcto. Ahora ya no estaba segura de eso.

Insultos.

Peleas.

Gritos.

Dolor.

Eso fue lo que atrajo.

Si no lo ayudaba no habría discutido con Farlan.

Si no lo ayudaba no habría recibido insultos del propio Levi y de otros más.

𝐘𝐨𝐮 𝐎𝐧𝐥𝐲 𝐘𝐨𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora