Percabeth: La historia Del Mar y la lechuza

Thalia se toma un descanso

Capítulo 18+
Departamento Jackson-Chase, Nueva Roma
Junio 15 2017
Omnisciente POV

Sentados en los sillones habían tres semidioses, uno de ellos el único hombre se veía nervioso, y veía el suelo fingiendo vergüenza, pues en realidad no la sentía, el estaba en lo suyo y lo interrumpieron, a su lado estaba su novia quien si sentía vergüenza, no todos los días tú mejor amiga quien tiene quince años y es una doncella inmortal te encuentra apunto de tener sexo con tu novio, y viéndolos con cara de desaprobación estaba la mencionada, negaba con la cabeza como si no pudiera creer lo que había pasado.

Primero recapitulemos,

Quince minutos antes

Percy y Annabeth estaban descansando de su trabajo, habían ido a visitar a sus amigos en Nueva Roma y después de una mañana ajetreada ayudando a Tyson y Ella con las profecías, a Frank y Hazel entrenando a los nuevos y platicando con sus compañeros de universidad, ambos decidieron que era mejor almorzar en su departamento.

En fin Percy había preparado su increíble estofado griego y después de almorzar y lavar los platos ambos estaban satisfechos, claro aún era temprano y no sabían que hacer, así que hicieron lo que cualquier pareja normal echaría estando solos y aburridos, empezaron a besarse.

El beso lo empezó Annabeth quien como siempre tomaba la delantera cuando se trataba de intentar tener sexo con Percy, el cual en el momento de sentir el calor de sus labios sobre los suyos, respondió con la misma pasión y ferocidad con la que ella empezó, eso era algo que ambos disfrutaban de su relación, cómo podían pasar de un momento dulce y romántico al sexo en menos de un segundo, y era aún mejor cuando el ambos sabían de memoria todo lo que el otro prefería y disfrutaba.

En fin el calor de la habitación empezó a subir y antes de que se dieran cuenta habían pasado de la barra de la cocina, donde empezó el beso, hasta el sillón de la sala, aunque botaron un par de sillas en el proceso, aunque no se separaron en ningún momento, un par de minutos después y la camisa de Percy se encontraba tirada frente a la puerta gracias al brazo de Annabeth.

Claro no se podían quedar ahí, ambos eran bastante altos y el sillón no los alcanzaba, aunque lo alargaran convirtiéndolo en cama seguiría siendo bastante incómodo, a Percy se le ocurrió una manera de resolverlo, y tomando a Annabeth de la cintura la levantó y pegó a Annabeth a la pared, ella soltó un suspiro, que solo lo incitó a seguir.

Mientras Annabeth recorría el abdomen marcado de Percy,  el mantenía una de sus manos de bajo de ella para que no se caiga, la otra marcaba cada una de las curvas de ella, desde la cintura hasta el pecho, y en un par de segundos los botones de la camisa que ella tenía, la cual era de Percy, se desprendieron con la facilidad con la que el bronce celestial corta a un a Dracanae, arruinando en el proceso una de las camisas favoritas de Percy, aunque no podía importarle menos, está un poco más cerca de su objetivo.

Percy se separó para respirar y aprovechó para admirar la belleza de su novia, ella pasó sus brazos sobre su cabeza y los entrelazó detrás de esta jalándolo hacia ella y obligándolo a besarla, aunque el no se negó, disfrutaba besarla, y también disfrutaba lo que venía después, ella enredó sus manos en su cabello y el aprovechó para marcarle el cuello desnudo, trazando un camino desde debajo de su oreja, hasta arriba de sus pechos.

Mostrando la practica que tenía, con una única mano el desabrochó el sostén de ella y lo tiro sobre el sillón donde estuvieron hace cinco minutos, los besos continuaron y Percy masajeaba de vez en cuando los pechos de ella, Annabeth solo podía suspirar y murmurar su nombre, y sin pensarlo enrollo sus piernas alrededor de él.

Fue en ese momento, cuando Percy besaba el cuello de Annabeth, cuando ella metía su mano en su pantalón, cuando el pasaba su pulgar por su pecho izquierdo, cuando ella se movía para besarlo, cuando Percy agarraba su trasero y lo levantaba un poco más, cuando ella desabrochaba el cinturón de él, que alguien golpeó la puerta.