Post Batalla

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New York
Noviembre 3 2015
Omnisciente POV

Annabeth abrió con dificultad la puerta de su departamento, después de todo estaba cargando con el peso de Percy, quien se apoyaba sobre su hombro, debido a eso había recibido un par de miradas curiosas de los mortales, aunque la mayoría haya pensado que estaba borracho y no con heridas letales, todo Gracias a la niebla, Annabeth se orpendia con la facilidad con la que estos podían ser engañados, aunque no estaba segura si era por que era muy poderosa, o por que simplemente los mortales eran estupidos

Entró con dificultad, Percy no era un peso ligero, y le resultaba aún más molesto la sangre que salía de su herida y corría por la ropa de ella, embarrándose y manchando una de las blusas que Percy le había regalado, (aunque prácticamente todo su vestidor lo había elegido Percy y viceversa)

Una vez adentro empezó a palpar la pared en busca del apagador de las luces, el departamento estaba a oscuras, aunque se podía observar las sombras y reflejos que causaban los vehículos y edificios en la ciudad que nunca duerme, no por que no tuviera buena iluminación exterior, si no por que habían tardado mucho en llegar debido a que Annabeth había cargado todo lo que había quedado del Rakshasa, consiguiendo un arsenal para armar a un ejército

Este 'arsenal' consistía de unos treinta cuchillos para lanzar, Percy no quiso saber donde los guardaba, ya que la mayoría estaban sueltos, un par de pistolas cargadas con única bala hecha de un material extraño y con una aún más extraña runa, la misma que compartía con la escopeta corta y el rifle, Annabeth había comprobado que esa 'runa' hacía que tenga municion ilimitada; la tres espadas eran completamente diferentes la una de la otra, la primera tenía la hoja curva y gruesa, al estilo de un sable arabe, la segunda era de un solo filo, larga y delgada si ninguna especie de protuberancia y el mango era de una cuerda extraña enrollada, mientras la tercera era la más común tanto para Annabeth como Percy, una hoja de cuatro pies de largo con filos dobles, y la hoja con forma de diamante, el mango de esta era corto demostrando que solo se podía usar una mano

También encontraron que la armadura era acero y oro imperial, algo que sorprendió a Annabeth, pues un ser hindu no debería tener materiales griegos, aún así tendría sentido que en realidad sea su versión de este, dentro de la 'falda' de samurai había varios frascos, Annabeth tuvo que alejarlos de Percy sabiendo que su hiperactividad no sería buena confinación con frascos que podían encender un fuego,

Una vez que la luz estaba encendida, y, que se pasara a caer por el peso de Percy quien se la pasaba quejándose, le dio un vistazo rápido a la sala de estar, no podía dejar a Percy en el sillón, por más que quisiera evitarlo no quería tener que limpiar manchas de sangre del sillón, tenía suficiente con las de la alfombra

"Déjame en el suelo" pidió Percy al notar su debate interno, ella aceptó, no iba a pelear con el, si estaba cómodo en el suelo, el suelo sería, una vez en el suelo Percy dejó su teléfono a un lado, había pedido comida, con todo lo que había pasado no creía poder cocinar nada

"Espérame, iré a buscar unas cosas" dijo Annabeth nerviosa al ver la pérdida de sangre de Percy, y este puso su mano sobre su herida evitando que sangre así, ella corrió por el departamento para conseguir un poco de nectar, agua, y algo para cerrar su herida, en este caso agujas e hilo sutura que guardaba en un botiquín de primeros auxilios

"No me iré a ningún lado" murmuro Percy apenas audible, aunque se perdió entre el habla desesperada de Annabeth por encontrar lo que buscaba

"Ya volví, quítate la camisa" ordenó ella con un algodón en la mano, botellas de agua, alcohol y Nectar a su lado y un hilo sutura

"No pierdes el tiempo, estoy herido y solo piensas en desnudarme, Chase" bromeó Percy con una risa sarcástica y se dobló de dolor, Annabeth lo miro irritada y lo ayudó a quitarse la camisa, viendo las marcas del garra en su costado, tres cortes no muy profundos, pero que no cerrarían por si solos

Percabeth: La historia Del Mar y la lechuzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora