Pequeño momento Percabeth

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New York
Agosto 25 2015
Omnisciente POV

Ambos semidioses se encontraban en la sala de espera de un dentista, todo debido a que el dolor de muela de Percy era su muela de juicio saliendo, claro, ahora Annabeth se podía burlar de él, así como el lo hizo cuando le pasó a ella, y eso le causaba un poco de molestia,

Annabeth, por otro lado, se la pasaba diciéndole que se calme, no había podido molestarlo en forma por que sus nervios se empezaban a transmitir a ella, lo que ayudaba a que las cosas solo empeoraran, así que, en vez de molestarlo un poco, Annabeth tuvo que conformarse con tranquilizarlo, al que, siendo el un semidiós con mucho TDHA, era bastante complicado

"Percy, relájate, hasta mi cabello se cae de tu estrés" le reprendió ella, poniendo su mano sobre su pierna y deteniendo el movimiento ascendente y descendente de esta, Percy volteo a a verla

"No es a ti a quien le van a sacar la muela, no eso no es lo peor, no es a ti a quien van a drogar" dijo el dramáticamente, Annabeth dejó salir un bufido, Percy podría tener 22 años, pero había veces que se comportaba como un niño de diez, y no es que a ella no le pareciera gracioso, o tierno, no... el problema era que el siempre elegía momentos en los que ella intentaba mantenerse seria, y aunque disfrutaba el momento, una vez que esté terminaba ella solo se sentía vacía, como si Percy fuera una droga y al pasar su efecto inmediato ella solo quisiera, no, necesitará más, necesitará tanto de él que nunca podría saciarse,

Eso la sacaba de quicio, no le gustaba depender de nadie, aún si ese alguien fuera Percy, incluso lo había hablado con el, todo por una vez en la que se sentía extremadamente angustiada y aunque Percy hubiera tratado que se relaje, (incluso con sexo), ella se negó, y terminó teniendo un ataque de pánico, lo que causó que tuviera que depender de Percy por un par de horas, Después de eso, Percy comprendió lo que le molestaba y después de una seria platica ambos acordaron que no dependerían del otro, aunque eso no signifique que no se puedan apoyar

"Te recuerdo que ya pasé por eso?" Mencionó ella y Percy hizo una mueca, recordando como ella había estado tendida en calma debido al dolor, eso sin contar que una vez que sano, Gracias al Nectar y cierto hijo de Apollo de apellido Solace, ella estuvo en un estado poco lúcido que les producía la anestesia, todo por que sus cuerpo eran más resistentes y necesitaban más, por suerte el dentista en jefe era un legado de algún dios de la medicina, probablemente Cardea, Annabeth estaba sorprendida por la cantidad de legados que existían, aunque suponía que había una razón, había miles de dioses menores y sus hijos no atraían monstruos, eso significaba que podían vivir normalmente y nunca tendrían que preocuparse por que las animadoras quieran matarlos o por que un perro está en su jardín

"Si, pero tú eres tú, aún drogada eres tierna, yo por otro lado no se que es lo que haré" dijo el Annabeth río, sabía que Percy, con el alcohol, solía ponerse bastante 'cariñoso', aunque eso era, probablemente a su resilencia a probar el alcohol antes, algo que ella comprendía, aún así ya había preparado la cámara de su teléfono para grabar el efecto de la anestesia en el

"O vamos, no será tan malo, ademas me tienes a mi" anuncio ella, el sonrió y tomó su mano, mientras con la que tenía libre se retiraba los lentes de descanso que llevaba, todo por que su vista no había regresado por completo

"Por favor Beth, no dejes que haga ninguna estupidez" rogó, ella se recostó en el despreocupadamente

"No lo se..." murmuro Percy la observó preocupado "resulta que me gusta verte haciendo tonterías... ademas tómalo como mi venganza por la mía" le dijo sonriente, Percy trago sonoramente

"Sabes?, creo que ya no me duele, mejor volvemos a nuestra casa" dijo el intentando levantarse antes de que ella lo jale hacia su lugar nuevamente, su corazón dio un vuelco al escuchar 'nuestra casa', había días en los que le resultaba insólito el vivir con el, no lo creía, no creía su suerte por tenerlo en su vida, aunque sea la mayor causa de sus nervios diarios, y le resultaba aún más ajena la sensación que el ejercía en ella

Percabeth: La historia Del Mar y la lechuzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora