Regreso a Beacon Hills

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Beacon Hills
Mayo 1 2020
Omnisciente POV

"Annabeth..." murmuro Percy mientras estacionaba su Jeep enfrente de la estación de Policías de Beacon Hills, el miró de reojo viendo que su esposa estaba durmiendo, ella había estado teniendo malestares matutinos recientemente, algo que preocupaba a Percy

Razón por la que Percy había intentado que ella desista de regresar a Beacon Hills, pues habían recibido un llamado de Scott McCall, quien al parecer necesitaba ayuda con algo, pues los Berserkers habían vuelto a hacer acto de presencia, aunque esta vez eran demasiados, prácticamente un ejército enorme que empezaba a agruparse en los bosques del pueblo

Annabeth había insistido en ir, pues ella sabía que lo que tenía no era un malestar general, sabía la razón de por que despertaba mareada, por que se sentía 'inchada', por que estaba cansada, fatigada, al grado de que ni siquiera podía estar en la oficina por más de un par de horas sin estresarse, por que no había tenido 'la regla' en los últimos dos meses

"Beth..." susurró el acercándose un poco al mismo tiempo que ponía una mano sobre ella despertándola, ella abrió los ojos con dificultad, habían viajado desde New York sin el uso del 'viaje rapido' que Hermès había instalado con ayuda de Hefesto en su Jeep, por lo que tardaron un par de días en llegar, algo que ella aprovechó para descansar en el asiento de atrás, y a pesar del movimiento del vehículo y del viaje ella se mareó menos que estando en su casa en New York

"Ya llegamos?" Pregunto somnolienta, Percy no pudo evitar sonreír ante su reacción, se veía tan tranquila acurrucada en el asiento, con una manta azul (que Percy había comprado) sobre ella, sus ojos aun un poco cerrados y con una mirada que se clava en la de el, esta era al mismo tiempo holgazana y cariñosa, pero si veías más allá, dentro de esos ojos grises que Percy adoraba y que podían causar terror en cualquier otra persona podías ver la causa de esto, así como lo que parecían nubes de conocimiento que se aglomeraban dentro de sus ojos

"Si... aunque está demasiado tranquilo, tengo un mal presentimiento de esto" replicó Percy girando la llave y apagando el motor del Jeep, después de guardarse las llaves en la bolsa de su abrigo se volteo a ver a Annabeth recostándose de lado sobre su asiento, quien estaba de piernas cruzadas mirando el exterior, una ligera llovizna caía afuera del Jeep

"Esperemos que tú presentimiento sea errado" musitó Annabeth poniendo su mano a la altura de su abdomen mientras hacía una mueca como si hubiera olido algo que no le gustara

"Estas bien?" Pregunto Percy consternado llevando su mano a la mejilla de ella y pasando su pulgar suavemente por su mejilla, un gesto cariñoso que parecía tan común entre ellos (por que así era) pero que significaba tanto debido a todo lo que habían pasado juntos, así mismo gracias al enlace Androgynos el podía calmarla, y tomar parte de su dolor, con solo tocarla, algo que ella también podía hacer por el, aunque ahí no acababa, también podía 'cederle' energía y sanarlo, aunque eso les drenaba demasiado

"Si... solo..." empezó ella pero se detuvo cuando sintió que su desayuno empezaba a querer salir de su estómago, por lo que hizo una mueca nuevamente llevando su mano a la altura de su boca mientras tomaba la manija de la puerta intentando abrirla, Percy vio esto y le quitó el seguro a la puerta, Annabeth no espero ni un segundo para abrir la puerta y soltar todo lo que había en su estomago, Percy salió corriendo del Jeep agachándose al lado de Annabeth y poniendo una mano en su espalda, acariciando de manera reconfortante y formando círculos relajante

"No creo que Luguselwa sea feliz si se entera de esto" masculló Percy, pues habían tomado dicho desayuno en Palm Springs donde visitaron a Meg McCaffrey (y sus hermanastros) y conocieron a Καρύδι (Luguselwa) la Dryada nacida de una Nuez de Brasil que ambos recuperaron de Río de Janeiro en 2016, ella creció bajo el cuidado de la hija de Demeter y las siete Meliades, así como los demás semidioses y Lavinia; Annabeth lo miró de reojo, sus ojos estaban revueltos y ligeramente rojos, su mirada se notaba cansada, sue respiración lenta y pesada

Percabeth: La historia Del Mar y la lechuzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora