Percabeth: La historia Del Mar y la lechuza

El Destructor contra El Señor de la Destruccion

Campo de Marte, Camp Jupiter
Noviembre 25 2020
13:20 UTC-8
Omnisciente POV

Annabeth repasaba por cuarta vez el campo de batalla, Thalía acababa de crear un poderoso rayo por segunda vez, y conociendo a su mejor amiga empezaba a debilitarse, si ella estaba asi significaba que los demás semidioses no estaban en mejores condiciones, como por ejemplo Percy, quien batallaba con su medio hermano Anteo, para eso usaba la vieja técnica de tentaculos de agua, una técnica que usó por primera vez en el Valhalla; Del otro lado los demás semidioses tenían muchos problemas, algunos cuantos caían presa de los diversos horrores que había en el campo de batalla

Annabeth cambió nuevamente la imagen de su escudo, ahora concentrándose en Hazel, pelaba contra un par de geggenes los cuales no eran rivales para ella y caían en pedazos com simples toques de su espada, detrás de ella Frank destrozaba a Géminis y uno que otro catoblepa que aparecía por ahí

"Annabeth" escuchó que le hablen, la hija de Athenea se volteo viendo a Calipso, llevaba un vendaje blanco en su brazo derecho, y una cruz roja sobre este, la hija de Athenea miró con curiosidad como la hija de Atlas se sentaba a su lado y miraba la escena en el video-escudo

"Calipso... pensé que estarías ayudando a los hijos de Demeter o Hécate" masculló Annabeth intentando sonar amable, pues la incomodidad y resentimiento entre ellos había desaparecido mucho tiempo atrás, sin embargo no tuvo éxito pues la Ninfa de ogigia la miró con el ceño fruncido como si la hubiera ofendido, Annabeth abrió los ojos como platos antes de abrir la boca "Lo siento... no era mi intención que sonara así" masculló Annabeth desviando la mirada, Calipso chasqueo la lengua haciendo un gesto con la mano y restándole importancia al asunto

"Hay demasiados guerreros, pensé que podría ayudar a los heridos... ademas que los dioses no me regresaron ningún poder que podría usar en batalla, así que me veo reducida a una simple curandera... tampoco es que me moleste mucho" replicó Calipso con una sonrisa mientras usaba un trapo para limpiar la mesa donde estaban

"Ohh..." masculló Annabeth "No tenía idea" agregó evitando la mirada de la Ninfa de Ogigia, esta apretó los labios recostándose en la silla, Will Solace miraba con curiosidad la interacción de ambas

"No me sorprende..." replicó Calipso cerrando sus ojos, "Estas pasando por mucho... nadie puede soportar tanto" dijo Calipso, Annabeth la miró de reojo pero manteniendo la mayor parte de su atención en el video-escudo, Nico, Thalía y Percy peleaban contra Kampe

"De que hablas" masculló Annabeth, Calipso tuvo la descendía de intentar ocultar su risa, a pesar de que por obvias razones le fue imposible algo que irrito un poco a la hija de Athenea

"He vivido por miles de años, soy más antigua que los dioses..." empezó Calipso, Annabeth frunció el ceño, no comprendía de que hablaba Calipso, si, sabía que la Ninfa era mayor que los dioses, pero no comprendía que tenía que ver eso con lo que pasaba, Calipso noto su gesto y sonrió ladinamente

"Eres una mujer fuerte... independiente, peleas tus propias batallas... ahora, estando encerrada en estas paredes, viendo como la gente que amas se va a lo que es probablemente su muerte segura" continuo alejando el video-escudo de ella, Annabeth dirigió su vista a esta mientras Calipso evitaba su mirada, no por que no quería enfrentarla, si no por que no quería que vea las lágrimas, el dolor, el remordimiento que llenaba su alma

"...y como tú eres incapaz de hacer nada, como solo puedes ver como el mundo cambia radicalmente a tu alrededor... soy una de las pocas personas que lo comprenden" sentenció Calipso, Annabeth quiso replicar, pero sabía que tenía razón, la hija de Atlas había pasado cuatro milenios y un poco más encerrada en una isla, enamorándose de todo contacto humano que tenía, y siendo abandonada por estos, tal vez no sea la misma situación, pero era muy parecida, Annabeth sentía que los perdería a todos en cualquier momento, sentía que no importara lo que hicieran, ninguna de las personas, semidioses, ninfas, ningún ser vivos que enfrentará a Tartarus sobreviviría, sentía que podía hacer algo, que debía hacer algo, pero no podía, estaba incapacitada, tal vez no por una barrera invisible que le impedía salir del hospital, si no por un impedimento físico, ella llevaba consigo una siguiente generación, sus hijos, quienes representaban una esperanza tan amena que resultaba confuso, para casi todos los que peleaban, no solo para ella y Percy, prácticamente todos los semidioses peleaban por los hijos de ellos, o para ser exactos lo que representaban, la idea de un futuro mejor, la idea de que aún siendo semidioses podían vivir sin el constante temer de ser cazados, de poder formar una familia normal, de poder pasar la mayoría de edad, ese par de niños que crecía en el vientre de Annabeth era todos eso y más