El Sueño y La Noche

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En algún lugar del universo
Fuera del tiempo
Omnisciente POV

Un hombre atravesaba un oscuro pasillo, sus pisadas apresuradas resonaban en el suelo de mármol negro, columnas de granito se elevaban a su alrededor como si salieran de las sombras mismas, minúsculas manchas blancas y plateadas brillaban como si fueran estrellas en una noche, en hombre llevaba una capa blanca, una hermosa capa del color del marfil que resplandecía como la única fuente de luz verdadera en las penumbras que cubría su rostro, un broche negros como la noche unía ambos pliegues, en su espalda se plegaban dos alas negras que se movían al vaivén de sus pasos saliendo a la altura de sus hombro por dos agujeros en la capa, en sus manos brazaletes de oro y Plata se extendían un rubí rojo destellaba en el más grande de ellos, en su cintura una bolsa de arena descansaba, una arena negra como la noche que emitía un brillo dorado

El hombre se detuvo enfrente de dos enormes columnas, dos columnas más grandes que las anteriores, dos columnas que se elevaban lado a lado más allá de la bóveda que lo cubría, en el centro de estas una gran trono residía, un trono que parecía hecho del basalto más oscuro, sobre este una única luz blanca generaba un haz de luz que iluminaba al ser, sin embargo la luz estaba semitapada, como si hubiera recibido un gran mordisco dándole la forma de la luna creciente

"Madre" Grito el hombre bajando su capucha, unos ojos completamente negros que tenían únicamente un brillo dorado como el iris reposaban sobre una blanquecina piel, una piel tan clara que parecía transparente, su cabello negro como si hubiera sido pintado con aceite tan lacio que caía sobre sus ojos tapando su frente, facciones tan hermosas que simplemente no abandonarían los suelos de los mortales

"Muestrate madre" Grito de nuevo el hombre, esta vez las alas se movieron ligeramente amplificando el sonido que resonó en las paredes de mármol, detrás del trono la oscuridad se dobló escupiendo una figura única, una mujer con un largo vestido negro un velo que cubría su rostro dejando ver únicamente dos fuentes de luz como cuásares, a sus pieles el vestido se doblaba en el suelo formando imágenes como si las nubes de polvo cósmico se arremolinaran en ella, sus delgados dedos pegándose por las yemas frente a ella, el hombro soltó un bufido intentando mantener a raya su molestia

"Por que tanto revuelo Hypnos" masculló la mujer mirando los ojos de su proclamado hijo con tal serenidad que solo hizo que Hypnos se irritara más, aún si mantuvo su compostura, la mujer camino lentamente hacia el poniendo su mano sobre su hombro enarcando sus cejas ligeramente, Hypnos soltó un bufido antes de voltearse hacia ella con un movimiento de su hombro haciendo que lo suelte, la mujer se mostró ofendida por eso pero lo oculto rápidamente, Hypnos cruzó su mirada con la de su madre manteniéndola fija

"Revuelo?, que ha pasado?, por que has atacado a los Olimpicos?" dijo cediendo y dejando de retar con la mirada a su madre antes de empezar a caminar lejos de ella desviando su atención como un perro regañado y intentando mostrar un poco de fortaleza al extender su brazo izquierdo de manera incrédula, su ala izquierda imitó la acción antes que su puño se cerrara, su mano derecha se cerró en un puño pegado a su cadera, el ala se dobló tensando los músculos flexores de esta causando que las plumas se erizaran amenazadoramente pero Nyx ni se inmutó

"Acaso no es obvio..." replicó despreocupadamente la primordial encogiendose de hombros manteniendo su mirada en la espalda de su hijo mientras hacía un manierismo dramático, al ver que no reaccionaba soltó un suspiro volteándose y apartando la mirada centrándola en su trono, lentamente sus cejas se juntaron en un extraño ángulo, sus dedos izquierdo tamborilearon en su pierna tres veces

"Bueno, parece que no..." Agregó de mala gana caminando hasta su trono, firmes pero lentos pasos resonaron en las paredes de roca negra como el martilleo de un reloj, llamando la atencion de Hypnos quien la miró por el rabillo de su ojo manteniendo su extraña estancia, hasta que finalmente se detuvo enfrente de su trono levantando su mano mientras mantenía su vista fija en el recubrimiento que parecía cuero y terciopelo al mismo tiempo, como si su consistencia cambiara constantemente, Nyx levantó su mano izquierdo hacia el reposabrazos Del trono deteniéndolo a medio camino, una exhalación escapó de sus labios semiabiertos, lentamente se volteo cruzando las miradas de ambos

Percabeth: La historia Del Mar y la lechuzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora