14. Es la casa de los diez

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[Jerry]

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[Jerry]

Apenas pongo un pie en la cocina, de tan solo percibir el silencio y la falta de la música mañanera proveniente del televisor, sé que algo anda mal. No solo eso, cuando Jenna trota hasta mi posición para saludarme y el sonido de sus uñas contra la cerámica parece tener un eco tenebroso, caigo en la cuenta de que, cualquier cosa que ande mal aquí, de seguro tiene que ver conmigo.

—'Morning —saludo.

Good morning, mister Jerry —me devuelve Killian.

Presentimiento confirmado. Killian suele llamarme por mi nombre, solo se pone más formal cuando se siente nervioso.

Algo está pasando.

Is everything ok? —me atrevo a preguntar.

—Tú dímelo —interviene mamá en tono seco. Eso y el olor a los famosos wafles de Valkiria, me dicen que están todos aquí, como todas las mañanas.

I don't know. —Niego con la cabeza, sin entender nada de nada.

—Quizás deberíamos preguntarle al muchacho que salió de aquí hace solo cinco minutos —ironiza.

Y descubro al instante cuál es el problema, lo que me arranca un suspiro de cansancio.

El tipo al que me ligué anoche en el bar y terminé metiendo a mi cama de seguro se quedó dormido y se fue cuando ya todos aquí estaban despiertos. Casi tengo ganas de reír por la escena que debe haber tenido lugar aquí mismo: Valkiria haciendo el desayuno, Killian y mamá sentándose en la isla de la cocina para empezar su día y el chico cuyo nombre ya no recuerdo saliendo, quizás a medio vestir, ante la mirada escandalizada de todo mundo.

—Entonces conociste a mi querido Andrés. —Me revuelvo el pelo y Jenna me ayuda a tomar el asiento que me corresponde en la isla con los demás.

—¿Así es como se llama? —pregunta mamá, que está sentada frente a mí.

—Creo —murmuro. La verdad es que no tengo ni la menor idea.

—Ya hemos hablado de esto, Jerry —insiste.

—¿Quieres hacer esto aquí, en frente de todos?

—¿Eso te importa ahora? —inquiere—. Don't worry, sweetheart, todos aquí hemos conocido más de Andrés de lo que queríamos conocer.

Creo que no estaba tan equivocado con lo de "a medio vestir", después de todo.

What is the matter with you? —Me acaricio las sienes, harto de volver a tener esta conversación—. También vivo aquí, ¿no? Puedo traer a los invitados que quiera. Es la casa de los... diez —culmino, después de una cuenta rápida de cada criatura que vive en esta casa.

—Tienes razón, mi amor, es la casa de los diez. Y por eso comprenderás que los nueve restantes te aman y se preocupan por ti.

—No creo que a cinco de ellos les importe. —Me encojo de hombros.

Amar a la nada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora