22. Noisy girl

87 15 45
                                    

[Jerry]

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

[Jerry]

Hoy mamá se ha quedado en casa, en parte porque dice que le apetece pasar la mañana conmigo y en parte porque en la tarde tiene una reunión de trabajo con una nueva clienta. Como sea, sé que es sincera, porque ella y yo nunca nos mentimos, así que me dedico a poner buena cara (y a no contarle que anoche tuve una sesión particularmente aterradora de pesadillas, porque mentir no es lo mismo que ocultar la verdad), y a aprovechar el tiempo de calidad con ella.

Terminamos comiendo helado mientras escuchamos música, nos sentamos a la luz del último sol de verano en el jardín y hablamos y reímos durante horas. Después de eso, ella entra para darse una ducha antes de recibir a su clienta y yo me quedo en el jardín, jugando con los perros con ayuda de Killian. Es como una especie de soundtrack muy divertido que siempre me entretiene: conozco los sonidos que hace cada uno y eso me ayuda a imaginarlos. Castor y Polux, por ejemplo, revolotean de aquí para allá con ligeros gruñidos de competencia. Jenna jadea más que ninguno, las pisadas de Benny son las más pesadas y Sylvia es la que corre más rápido, así que identificarlos no es tan difícil como parece.

Cuando me canso un poco y la brisa me escarapela ligeramente la piel, decido volver adentro seguido de cerca por Jenna. Cruzo la sala para llegar a mi habitación y casi tengo éxito, pero comienzo a escuchar voces que se acercan y no soy lo bastante rápido escapando: termino dándome de cara con mamá y su clienta, que al parecer se han movido del estudio hasta aquí. No sé a qué hora habrá llegado, pero por cómo conversan, parecen llevar aquí un rato.

—Jerry, mi amor, quiero presentarte a mi clienta —me insta mi madre al captarme en su campo de visión y no tengo más remedio que seguir a Jenna hasta el punto en donde se encuentran—. Esta es Laura Castello, la agencia está encargada de la publicidad de su próxima línea. Laura, este es mi hijo Jerónimo.

Laura Castello, qué sorpresa. Mamá no me había dicho que se trataba de ella, pero, en su defensa, yo tampoco pregunté.

—Encantado, un placer —le sonrío, extendiendo mi mano.

—El placer es todo mío —me devuelve, estrechándomela.

Me pregunto si me veré presentable. No es por nada, pero me importa mucho lucir bien, quien me conozca tiene que llevarse la mejor impresión de mí y para eso la apariencia ayuda muchísimo.

—Laura ha traído a alguien de visita, es una chica de tu edad y me parece que podrías ayudarla a distraerse hasta que la reunión termine... ¿crees que podrías hacerlo? —pregunta mamá.

¿Tratar con la gente? Pan comido. No solo me gusta ser el centro de atención, sino que relacionarme con las personas no me resulta para nada una complicación. Mamá y yo somos un equipo para lo que sea: si necesita que distraiga a la chica, voy y distraigo a la chica, que esa esas cosas son mi especialidad.

—Sin problema —asiento, pasándome una mano por el pelo—. ¿En dónde está?

—Hace como cinco minutos dijo que tenía que ir al baño, pero a lo mejor se ha perdido... qué puedo decir, ella puede ser un poco risueña en ocasiones —culmina Laura con una risita.

Amar a la nada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora