52. El fin del misterio

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[Jerry]

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[Jerry]

No quiero hablar mucho de lo que ha sido mi sesión con la doctora Thomas. Nunca hablo de esas cosas si no es con ella, en realidad. En resumen, se ha sentido como aguantar la respiración... y después soltarla. Ha sido una buena conversación. No quería llegar a ello, pero creo que, al fin y al cabo, me ha hecho bien.

Después de la sesión, me levanto de mi cama sin ningún plan en específico. It's one of those boring days. Jenna me sigue en cuanto me pongo de pie y me da su correa sin que siquiera se lo pida para, juntos, subir las escaleras hacia el primer piso. A ver si me encuentro con alguien o llamo a mis amigos para pasar el rato. Claro que eso va a tener que ser dentro de un rato todavía, los restos de la sesión siguen flotando en mi pecho y el nudo en la garganta ha dejado rastros. I'm fine, I just... I need a minute.

Jenn y yo caminamos por el primer piso un rato. De cuando en cuando se nos une alguno de los demás perros, pero después de habernos saludado por un momento, siguen su camino. Quién fuera ellos.

Ya después de varios metros de camino, empiezo a oír voces que vienen de no muy lejos. Por el eco, sé que vienen de la cocina, no tenía idea de que había caminado tanto. Es normal, los domingos suelen estar todos y todas en casa, except for my mom, a ella le puede surgir un compromiso de repente.

Kitchen, Jenna —le pido a mi compañera.

Ella no necesita que se lo repita y me guía hasta donde le he pedido que lo haga. Reconozco al momento la voz de Valkiria, que es como una característica inherente de este lugar. Está hablando con alguien y es en español, así que no puede ser Killian, ¿hay visita? Uh, I like guests. Vamos a ver de quién se trata ("vamos a ver", pero qué cruel de mi parte).

Me acerco un poco más, entro a la cocina y es como si mi corazón se detuviera, escalara hasta mis orejas y se pusiera a latir en ese lugar.

Ya reconocí la voz que habla con Valkiria.

Pero es imposible, porque no habría una explicación lógica para... no, solo no es posible.

Pero no estoy loco, lo estoy escuchando.

Es la voz de Axel.

Estoy seguro de que es la voz de Axel, la escuché solo una vez y la rememoré para siempre en mis fantasías: la pureza, la gravedad, la dulzura. No estoy equivocado, no puedo estar equivocado y aun así no comprendo las razones por las que esto puede estar pasando.

En casi dos segundos me hago muchas preguntas que quiero que alguien me responda aquí y ahora. ¿Realmente es Axel? ¿Qué está haciendo aquí? ¿Para qué volvió? ¿Vino por mí? ¿Valkiria lo ha recibido? ¿De qué están hablando? ¿Quién lo dejó entrar? ¿Por qué están en la cocina?

Incapaz de quedarme al margen, me aclaro la garganta y la conversación se detiene. No puedo verlos, pero sé que han tenido que voltear a mirarme.

—Buenas tardes —saludo.

Amar a la nada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora