Capítulo XXXVI

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✨ CAPÍTULO 36

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CAPÍTULO 36. Hacer las cosas a lo grande ✨

- ¿Después de toda la que ha liao' como me estás diciendo que lo vamos a sacar de aquí?

- ¿Y qué quieres hacer, Denver? Arturo está más cerca de la muerte que de la vida, y en estos momentos no podemos preocuparnos por él.

Tirana y Denver discutían acaloradamente frente al resto de la Banda, que alternaba la mirada del uno al otro. La idea de sacar Arturito había venido por parte de la pelirroja, pues estaba claro que en aquel momento no se podían hacer cargo de su estado de salud.

- Vale, genial, sacamos a Arturito - exclamó entonces su compañero - ¿Pero por qué tenemos que sacar al Gobernador? Es nuestro jodido escudo.

- Porque tal vez nos de algo de tiempo - respondió por enésima vez.

- A mi me parece una estupidez.

- A ti todo te lo parece.

- Todo no, sólo el hecho de dejar libre a nuestro rehén más valioso.

La pelirroja abrió la boca para replicar una vez más, pero esta vez fue Lisboa quien se le adelantó.

- Tirana tiene razón. Hay que hablar con el exterior, sacar de aquí a Arturo, al gobernador,...

- Y a Gandía - completó la pelirroja, recibiendo un asentimiento en respuesta - Ganaremos algo de tiempo, por poco que sea. Que es justo lo que en este momento necesitamos.

- En este momento lo que necesitamos es al Profesor. Y el Profesor no está - bufó su amigo con rabia.

- Olvídate del Profesor, Denver. Estamos tan jodidos aquí dentro que ni él podría ayudarnos - suspiró lentamente antes de continuar - La decisión ya está tomada. Arturo y el Gobernador salen de aquí. Y Gandía les hará compañía. 

No se volvió a discutir al respecto y pronto los ojos de Tirana se encontraron con la imagen de dos de los hombres más odiados en aquel atraco abandonando el Banco de España. Cómo habría disfrutado con la muerte de alguno de ellos, pero estaba claro que no había podido ser.

- ¿Crees que fue una buena idea? - la voz de Palermo sonó justo sobre su oído.

- Sí - lo miró levemente - Arturo habría muerto, Gandía nos la habría liado y el Gobernador... Bueno, no era un buen rehén.

- Van a entrar.

- Por supuesto que lo harán - coincidió - Por eso es importante que lo evitemos - añadió en un susurro, sintiendo como el argentino terminaba de acercarse para abrazarla con fuerza - Hay que prepararse para la guerra, Martín - susurró.

Las manos del hombre se habían apoyado sobre su vientre y no tardó en llevar las suyas allí también para enlazarlas.

- ¿Y en que bando estaremos, querida?

TIRANA {Berlín-Palermo} - LCDPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora