Capítulo XXXI

1.2K 98 9
                                    

✨ CAPÍTULO 31

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


CAPÍTULO 31. Al borde de la muerte ✨

Una a una fue revisando todas y cada una de las habitaciones de la primera planta, pero en ninguna de ellas encontró rastro de Gandía. Helsinki la acompañaba a escasos dos metros de distancia, pues tras lo sucedido habían tomado la decisión de que irían por parejas. Denver acompañaría a Río y Estocolmo iría con Palermo, cosa que la pelirroja agradeció secretamente. De haber sido ella quien tuviera que acompañarle se habría negado en redondo.

- ¿Dónde cojones está? – la voz de Denver le llegó desde el otro lado del pasillo. Al parecer habían tenido la misma suerte que ellos. Es decir, ni la más mínima.

Ninguno de ellos respondió a la pregunta formulada. La única certeza que Tirana tenía era el hecho de que Gandía, armado, era uno de los hombres más peligrosos que había conocido nunca. Y eso que habían sido muchos los que había conocido.

Como si le estuviera leyendo la mente, Denver, que había llegado junto a ellos, aprovechó el momento para preguntarle acerca del guardia.

- ¿De qué os conocéis Gandía y tú? – Helsinki se había quedado rezagado con Río, por lo que ellos dos empezaron a caminar hacia el ascensor.

- Nos conocimos hace varios años – respondió con sinceridad, pues confiaba realmente en su amigo – Él ya era guardia, y yo una vil ladrona – sonrió ligeramente – Fuimos buenos... Amigos – dudó en pronunciar esa última palabra, pues no sabía si su relación se podía calificar de ese modo – Las cosas se torcieron y lo nuestro no acabó bien. Ahora me guarda rencor, por si no lo habían notado.

Río y Helsinki los habían alcanzado, y escucharon la historia con atención, sin embargo, el que intervino fue Denver de nuevo.

- Vamos, que os acostasteis.

- En pocas palabras se podría decir que sí – terminó confirmando.

Revisaron esa parte del pasillo sin volver a sacar el tema de su relación con Gandía y, cuando ya estaban a punto de alcanzar el ascensor, el sonido de unos disparos le hicieron darse la vuelta para encontrarse justo frente a la figura de un hombre completamente vestido de negro: Gandía.

Sin pensarlo mucho empezó a disparar en defensa, pero toda bala fue inútil. El guardia, con gran soltura, los hizo retroceder hasta que no les quedó más remedio que irse metiendo uno a uno en el ascensor. Río y Denver fueron los primeros. Tirana sabía que no tenían muchas opciones para salir bien parada de aquello.

- Bajad – les gritó entonces – Yo lo controlaré.

- No digas tonterías, Tirana – bufó Denver con angustia – Entra – no recibió respuesta ni movimiento por parte de la pelirroja – Joder, Tirana, entra de una puta vez.

Ignoró sus palabras y pulsó el botón del ascensor antes de seguir disparando. Pudo oír los gritos de sus amigos junto con su nombre saliendo de la boca de Helsinki, pero no desvió la mirada del guardia.

TIRANA {Berlín-Palermo} - LCDPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora